- Los seres humanos somos muy complejos, demasiado. Nuestras prioridades van cambiando en función de las circunstancias que nos rodean.

A saber: ¿tiene motivos para preocuparse y deprimirse el hombre o la mujer que ha visto fracasar su relación sentimental? Sí, evidentemente, las rupturas son siempre traumáticas y no son plato de buen gusto.

Pero y si esa persona dolida por dicha ruptura, al menos tiene trabajo y no le falta para comer, vivir, no pasa frío.., y le cuenta a un amigo/a en paro, el cual, lo está pasando fatal porque no tiene dinero para nada, ni para él, ni para su familia.

¿Podríamos decir que el primero es egoísta porque al menos tiene una serie de necesidades básicas cubiertas y que el amor igual que se fue volverá?

No lo creo, es simplemente cuestión de prioridades, pero te da que pensar, ¿no?

Pero, y si a su vez, este amigo en paro le cuenta su desesperante situación a otro amigo/a que a su vez tiene una enfermedad de difícil solución. ¿Sería esa persona en paro egoísta porque al menos se puede levantar todas las mañanas sano? No, no lo creo, volvemos a las prioridades.

Lo que sí es cierto es que en función de nuestras circunstancias todo puede ser enfocado desde una perspectiva u otra. ¿Quién no firmaría estar en paro en comparación con persona enferma de verdad? ¿Quién no firmaría que lo hubiese dejado su novio/a a cambio de tener un trabajo y por supuesto salud?

Salud, dinero y amor. No soy quién para establecer el orden, pero evidentemente la salud estaría en el primer puesto. Siendo así, ¿por qué se convierte en tragedia una ruptura, una situación económica poco boyante, si tenemos salud?

¿No deberíamos levantarnos todas las mañanas dando gracias a Dios, o a quien sea porque al menos tenemos salud?

Vete a un hospital y pregunta por su nivel de preferencias…

Claro que, dile al que tiene salud pero no tiene para darle de comer a sus hijos que no se preocupe, que al menos tiene salud…

El ser humano y su complejidad. Por eso admiro a la gente positiva, seguramente porque no lo soy, admiro a la gente con esa capacidad para darle a cada problema la importancia que se merece, gente que no se doblega ante la adversidad y no se rinde y pelea, pelea y pelea.

Creo que deberíamos estar programados de otra manera, el nivel de ansiedad, depresión, angustia en nuestra sociedad es demasiado alto. Creo que hemos creado una sociedad demasiado exigente y donde lo económico ha sido instaurado como lo más importante, es así.

Por ello cuando veo que a una tribu salvaje de Australia, Perú, India o África, la llaman salvaje, cuando esos salvajes no tienen que pagar hipotecas, cuando no los desahucian, cuando se pasan toda la vida cuidando a sus hijos sin separarse de ellos, cuando no tienen suicidios, ni les cortan la luz, ni tantas cosas..., cuando veo que se les llama “salvajes”, no puedo dejar de soltar una sonrisa irónica y de pensar en nuestra moderna y fantástica sociedad.