- A raíz de la filtración de un mensaje que escribí en un grupo de whatsapp, el debate que lleva tiempo atravesando la esencia de Podemos en Ceuta ha trascendido a la opinión pública: la relación de nuestro partido con Caballas.

Por supuesto, los medios de comunicación, lejos de invitar a la reflexión serena y a aclarar la cuestión, han optado por la simplificación y, en algunos casos, la confusión interesada. Desde titulares desacertados que contribuyen a la interiorización de falsas injerencias, hasta la burda manipulación de Radio Televisión Ceuta (siempre al servicio del PP), inventando dos fracturas irreales: partidarios de la “integración” en la formación localista (sería el caso de servidor) versus los “independientes”; los “extremistas” (de nuevo, servidor) versus los “moderados”. Esquemas simplones dirigidos a mentes perezosas.

Desde el máximo respeto a los compañeros que piensan diferente a mí, me parece apropiado aclarar el tema, plantear las dos posturas reales del debate y aclarar mi posición en el mismo, dejando claro que tan sólo es la opinión de un militante más, independiente de mi posición de portavoz y cara visible de Podemos. Voy a intentarlo.

En Podemos nadie defiende una integración en Caballas, del mismo modo que nadie en Caballas defiende una integración en Podemos. Plantear la discusión en tales términos contribuye a la creación de un marco en el cual algunos querríamos frenar las aspiraciones de crecimiento del partido frente a los defensores del “auténtico” Podemos. Todos en Podemos queremos un Podemos autónomo, independiente, con una identidad propia. La discusión se centra en la concepción de tales términos.

Lo que yo opino acerca de Caballas es conocido. Mi buena relación con su gente es algo que jamás he ocultado. Considero que ambas formaciones defendemos, en líneas generales, los mismos principios y las mismas ideas. Para mí, Caballas no es un competidor, sino un claro aliado, un compañero de viaje. Desde mi militancia en Podemos, identifico a Caballas como parte de “los nuestros” y estoy convencido de que la independencia y la conformación de una identidad propia no es en absoluto incompatible con una relación de colaboración, de compañerismo, de coincidencia en acciones conjuntas.

El objetivo de Podemos siempre fue contar con los que “ya estaban” y lograr sumar a “los que faltan”. Antes del paso adelante de Pablo Iglesias, Caballas “ya estaba”. En cada lucha por una causa justa, en cada manifestación a la que acudía, me encontraba con sus militantes. Hoy, la mayoría de ellos defienden el proyecto estatal de Podemos y afirman identificarse plenamente con lo que Podemos simboliza. Rechazar a quienes están dispuestos a colaborar en nuestra causa me parece un error político de gran calado. Más aun, en esta ciudad. ¿Tienen Podemos y Caballas diferencias? Por supuesto que sí. También dentro de Podemos existen diferencias. Precisamente, las alianzas, los acuerdos y las colaboraciones se tejen entre quienes no piensan lo mismo en todo.

La otra postura del debate sostiene que para que la independencia de Podemos sea real es necesario tomar mucha más distancia de Caballas. Del mismo modo que quienes así piensan opinan que mi concepto de autonomía nos lleva, realmente, a una subalternidad no deseada, yo considero que su idea constituye, de facto, una ruptura total que tampoco es deseada, creo, por la mayoría.

Dentro de dos años y pico se tendrá que discutir la manera en la que se afrontan los comicios locales. La actual confrontación de planteamientos no va tanto de eso como de la manera más eficaz por la cual ser capaces de articular un frente más amplio. Mi posición es cristalina: el objetivo de Podemos en Ceuta debe pasar por incluir la experiencia y el capital humano de Caballas en ese frente y, a la vez, dar forma a algo nuevo que logre seducir a quienes están por sumarse.

Es evidente que nuestros adversarios van a jugar la carta de la división interna, como han hecho hasta ahora. Siempre que no haya una ruptura clara entre ambas formaciones, el enemigo, sus medios y los partidos a su servicio dirán que Caballas se come a Podemos. Lo hace cierta prensa cooptada. Lo hace el PP. Lo hace una parte del PSOE y lo hace el MDyC. Siempre que he tenido que debatir públicamente con algún integrante de la formación de Fátima Hamed, la estrategia discursiva ha sido la misma: presentar a un Podemos al servicio de Caballas.

Creo que no hay que ser un lince para darse cuenta de que el objetivo no es otro que el de quebrar la buena relación entre ambos partido, haciendo que los militantes de Podemos pongan el grito en el cielo ante tal situación de dependencia, igual que se pretendió hacer ver que Alberto Garzón vendía a IU al llevar a buen puerto el proyecto de Unidos Podemos. No obstante, tal vez sería más acertado pensar que el MDyC (que ha apoyado, de manera soterrada y a través de sus opiniones acerca de por qué no había gobierno en España, los planteamientos del Partido Socialista frente a los de Podemos a nivel estatal), el PSOE, el PP y los medios lo que desean es, en realidad, lo mejor para Podemos. Que cada cual reflexione y analice.

Para finalizar, deseo volver a puntualizar que, salvo el planteamiento de las posturas del debate, todo lo demás no es más que mi opinión personal al respecto, mi posición en una discusión que tiene que darse en Podemos de forma tranquila y calmada y que se dará, pero no van a ser los medios ni nuestros adversarios quienes marquen nuestros tiempos. Dentro de poco, Podemos Estatal va a llevar a cabo una nueva Asamblea Constituyente en la que se cambiará el modelo de partido, concebido, hasta ahora, como una maquinaria electoral. Entonces elegiremos, presumiblemente, a nuestro Secretario General y nuestra dirección local. Mientras tanto, la tarea inmediata que nos toca a los militantes es la de acordar una serie de mínimos para que todos y todas nos sintamos a gusto hasta entonces. Y eso haremos en los próximos días.