testigos
Solimán, Casaubón y Nepomuceno
ACUERDO DE GOBIERNO

Unidas Podemos cree que el pacto da “esperanza” a los ceutíes, “testigos del auge de la extrema derecha”

Tras la incontestable victoria de Vox en Ceuta, que representará a la ciudad autónoma en el Congreso y en el Senado, el acuerdo de Gobierno entre PP y PSOE supone una luz de "esperanza" para los ceutíes, a juicio de Unidas Podemos Ceuta, que se felicita por la "celeridad"...

valla policía apaisada
Instrucción compleja

La jueza del 6-F se da otros 18 meses para investigar si la Guardia Civil delinquió en el Tarajal y cita testigos

La titular del Juzgado de Instrucción número 6 de Ceuta no parece dispuesta a llevarse un tercer revés en la Audiencia Provincial, que ya le ha ordenado dos veces llegar hasta el final para aclarar si el 6 de febrero de 2014 los guardias civiles a quienes se puso en primera...

loma colmenar vpo
15.000 y 20.000€

Dos testigos protegidos declararon pagar a un comercial de López y recibir la tarjeta de demandante de Vivienda

Ambos quisieron comprar la adjudicación de viviendas en las 317 y a ambos la tarjeta que expide Emvicesa se la entregó el supuesto intermediario de Antonio, que nada tenía que ver con la empresa municipal. Uno de ellos además acreditó el movimiento del dinero en su banco.

Comparecen ante el juez Vázquez Taín dos forenses y nuevos testigos del «caso Asunta»

El titular del Juzgado de Instrucción Número 2 de Santiago, José Antonio Vázquez Taín, que instruye la causa sobre la muerte de la niña Asunta Basterra Porto, toma este viernes declaración a las dos forenses cuya comparecencia se había aplazado la semana pasada y a varios testigos que dijeron haber visto a Alfonso Basterra con su hija en la tarde del día del crimen, así como a una familiar del tercer imputado. Según han confirmado fuentes conocedoras de la causa, está prevista primero la declaración de las dos forenses que intervinieron en el levantamiento del cadáver de la víctima, que estab...

La Policía arresta a uno de los pistoleros identificado por testigos que han abatido a 'Tafa Sodia'

- González Pérez recuerda que "quien entra en el hampa, sólo tiene una salida: la cárcel, las venganzas o los tiroteos" pero no se atreve a afirmar "rotundamente" que el suceso sea fruto de un ajuste de cuentas

- La "intensísima" investigación policial sigue abierta

- Vivas traslada su "apoyo" al trabajo de las Fuerzas de Seguridad, por cuya "efectividad" se congratula el delegado

El juez Ruz retoma el caso Gürtel interrogando a cuatro testigos

Pedro Hernández de Zárate, Eduardo Sánchez de las Heras, Roberto Fernández Rodríguez y José Antonio Hernández Carrascosa comparecen ante el juez

El juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz retoma hoy la investigación sobre las actividades del extesorero del Partido Popular (PP), Luis Bárcenas, y el exalcalde de Pozuelo de Alarcón (Madrid), Jesús Sepúlveda, interrogando a cuatro testigos en el marco de la causa en la que se investiga a la trama de corrupción 'Gürtel', tal y como informaron a Europa Press fuentes jurídicas.

Los testigos aseguran que la mujer siempre amenazaba con fuego si no recibía mercancía

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“Imagínate lo mal de la cabeza que está la mujer”, asegura un trabajador del polígono, “que hasta achicharrada viva, con las llamas subiendo del cuello a la cara, seguía perseverando en su error, gritando, amenazando, queriendo sacar provecho de una situación provocada por ella y por su auténtica actitud de poca vergüenza”.
Las palabras de este testigo directo, de este hombre que tiene un comercio en los polígonos del Tarajal, son, en efecto, valoraciones realizadas a título personal pero firmadas, compartidas y complementadas al instante con nuevos datos por todos los comerciantes  –una decena– con los que este periódico habló ayer, en el mismo lugar de los hechos.
“¿Que si conozco a la mujer que se quemó?”, se pregunta otro hombre que, tras terminar de dejar una caja de cartón en el suelo, lanza una respuesta con discurso firme: “Ésa mujer siempre hace lo mismo que lo que hizo el lunes, lo que ocurre que en ésta ocasión el final fue diferente”.
Según esta persona, testigo presencial, “desde el primer momento en que dobló la esquina y entró en la calle”, la mujer se acercó a un camión estacionado en la calzada y en cuyo interior se encontraba  un hombre “que había comprado mercancía, entonces con malos modales poco menos que le exigió esa misma mercancía, algo a lo que el hombre, con lógica,  se negó puesto que ésta ya estaba vendida de antemano”.
En ese punto de la tarde, –“serían ya las 14:30, y lo digo con cierta seguridad, ya que vi cómo una chica de un negocio cercano salía a esa hora por la puerta, y siempre lo hace a esa misma hora, que es cuando finaliza su jornada laboral”–,  y en ese instante de la trifulca, se desataron las amenazas proferidas por la mujer, “en voz elevada, para que todo el mundo la escuchara”, asegura este testigo.
Entonces, “y como en ocasiones anteriores”, la mujer “sacó de entre la ropa una botella de alcohol, se la echó encima y sacó un mechero”. Así, según los testigos, estuvo cerca de dos minutos, que transcurrieron entre “insultos, amenazas y frases del tipo ‘quiero mercancía’, ‘dámelo o me quemo’ o ‘vamos, ¿a qué esperas?”.
A pesar de que, según los comerciantes de los polígonos del Tarajal, no era la primera vez que se vivía una situación similar, “sí que ésta vez yo percibí más tensión que en anteriores ocasiones”, asegura una mujer, también con la tarea de sacar adelante un almacén; un testigo directo suaviza el panorama: “Yo no creo que quisiera quemarse, intentaría hacer lo que otras veces pero ésta vez la broma le salió mal y cuando encendió el mechero, de repente, la llama ascendió y ella misma se sorprendería”.
Con la mujer, de origen marroquí, abrasándose en medio de la calle, a escasos metros del camión y del hombre al que había instado a darle la mercancía que portaba, la actuación de testigos directos, trabajadores de la zona y transeúntes, “fue en todo momento impecable”, defiende uno de los comerciantes, quien indica “que, desde luego, no guardamos ninguna ley del silencio ni nada por el estilo” .
“De hecho”, añade otro, “todos intentamos ayudar a la mujer, lanzándole agua, arrancando un extintor de una tienda y vaciándolo en el cuerpo de la mujer”.
Para entonces, un vehículo de Policía se había presentado en el lugar de los hechos, “avisada por nosotros”, indica un comerciante. A continuación, fue una unidad de la ambulancia la que acudió a la zona para socorrer a la mujer, desplazarla hasta las dependencias del Hospital Universitario, en donde, tras ser examinada por los doctores, se decidió su evacuación a la Unidad de Quemados del sevillano Hospital Virgen del Rocío.
Mientras tanto, en las entrañas de los polígonos del Tarajal, las imágenes del incidente, la mezcla de sensaciones, los gritos de la mujer, llameaban aún en la mente de los testigos: “Por la fuerza no se pueden conseguir las cosas en esta vida”, comentaba un hombre; “antes o después, tenía que ocurrir”, aseguraba un compañero del mismo trabajo mientras a dos metros, reposada la espalda en su furgoneta color verde oliva, otro trabajador sentenciaba, a su juicio, “que el hombre del camión llevaba razón porque si la mercancía es suya, y además ya está vendida de antemano, no tenía por qué dársela a la mujer por mucho que ésta amenazara con prenderse fuego”.
Un par de mujeres, también testigos, ofrecen otro punto de vista, anticipando lo que pudo pasar “pero que gracias a Dios, no pasó”: “Imagínate”, le dice una a la otra, “que ese fuego hubiera entrado en un almacén con material inflamable y que se hubiera propagado por toda la calle; no quiero pensarlo porque estaríamos hablando de una desgracia muy grande y todo por culpa de una insensatez”; la respuesta de la amiga no se deja esperar: “¿Y si hubiera alcanzado a mi hijo que estaba jugando en eso momentos en la calle?, ¿Es para denunciar esta situación o no?”, pregunta la mujer, con evidente enfado.
Cuando la mujer termina de pronunciar las palabras, otea el horizonte –las calles llenas de personas, los almacenes abiertos, el sol cayendo a plomo– y descubre que la normalidad es un hecho en los polígonos del Tarajal y que el reloj vuelve a contar el tiempo.

Diagnóstico: Estable dentro de la gravedad

“Estable dentro de la gravedad”, éste es el diagnóstico que los médicos especialistas de la Unidad de Quemados del Hospital Universitario Virgen del Rocío, de Sevilla, hacen sobre la porteadora marroquí que se prendió a lo bonzo, mediante alcohol y un mechero, en los polígonos del Tarajal en la tarde del lunes, tras protagonizar un incidente a vista pública.
Según los facultativos del hospital hispalense, la mujer presenta quemaduras en un doce por ciento de su cuerpo, centradas especialmente en cuello y rostro, se encuentra ingresada en la Unidad de Cuidados Intensivos y recibiendo ventilación mecánica continuada dentro de un estado de sedación absoluta e inconsciencia permanente.
Por tanto, y tras exhaustiva atención, los médicos del Virgen del Rocío rebajan la quemadura del cuerpo de la mujer, en un porcentaje del veintiocho por ciento, respecto a la primera valoración que hicieron los médicos del Hospital Universitario de nuestra ciudad. No obstante, todos los estamentos médicos, ceutíes e hispalenses, valoran la “excelente, por rápida y por efectiva, actuación de los médicos de Ceuta que, de no haber intervenido con tanta diligencia, “tal vez no podrían haber evitado males mayores”.
De hecho, poco después de que la mujer se prendiera a lo bonzo,  la ambulancia ya la había trasladado al hospital donde facultativos de urgencias, cirujana y especialistas de la Unidad de Cuidados intensivos decidieron su evacuación a una ambulancia que lo transportara al helipuerto ceutí para, de emergencia y en helicóptero, viajar rumbo a Sevilla, donde permanece.altalt


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Testigos del pillaje

"A las cuatro en punto en la estación de Lewisham para armar lío". Mensajes como este a través del servicio de mensajería de Blackberry dieron el pistoletazo de salida para unos disturbios que han sumido Londres en el caos. Con la misma velocidad e intensidad del fuego que devoro el sabado un edificio en Totenham, la violencia se ha extendido por otros barrios de la capital: Lewishan, Peckham y Croydon en el sur y Hackney en el este.

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