crucifijo

Ahmed insta a Interior a facilitar escudos sin crucifijo a los policías nacionales que lo soliciten

- El diputado considera que “nada indica que ser un buen agente, incluso el mejor, deba acarrear tener que tolerar de manera continua y obligada llevar los símbolos de una confesión religiosa"

- El abogado recuerda que para el Tribunal Europeo de Derechos Humanos cuando hay una petición de retirada "de cualquier símbolo religioso o ideológico" que revista "las más mínimas garantías de seriedad" hay que proceder de forma "inmediata"

Vivas jura ante la Constitución, el Estatuto y un crucifijo gobernar con humildad y coherencia

- El presidente señala la lucha contra el paro como su "primera prioridad" para los próximos cuatro años pese a no tener competencias en la materia

- "Seremos humildes para encajar las críticas y rectificar, íntegros y decentes con lo público, leales con las demás instituciones y responsables para elegir el camino de lo correcto aunque sea incómodo", promete

- Lea, íntegro, el discurso elaborado por Juan Vivas para su toma de posesión

Rouco califica de "triste y dolorosa" la propuesta de retirada del crucifijo de las aulas

El presidente de la Conferencia Episcopal Española, Antonio María Rouco Varela, ha expresado hoy su deseo de que la proposición no de ley aprobada ayer por la Comisión de Educación del Congreso que insta al Gobierno a que se retiren los símbolos religiosos de los centros educativos "se quede ahí y no vaya más allá". Rouco Varela ha calificado de "muy triste y dolorosa" la iniciativa.

El Congreso pide al Gobierno suprimir el crucifijo de los colegios públicos

Los socialistas pactaron ayer con los independentistas catalanes de ERC una iniciativa parlamentaria que pone en bandeja al Gobierno la retirada de los crucifijos no sólo de los centros escolares públicos, sino también de los concertados, como apuntó con claridad uno de los firmantes, el diputado Joan Tardà, tremendamente feliz por el acuerdo que había cosechado con el Partido Socialista. «Hoy me siento más del PSOE que nunca», llegó a decir lleno de gozo por esta victoria que no se esperaba. En la Comisión de Educación se debatía una proposición no de ley de ERC, que instaba al Gobierno a ret...

Cuando el crucifijo estorba

La sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos sobre la presencia de crucifijos en la escuela pública ha provocado una intensa polémica más allá del país encausado, Italia, y ha llegado a España para entusiasmo de los sectores laicistas, que se han apresurado a echar la caña en el río revuelto. Sin embargo, este fallo judicial poco tiene que ver con la realidad de la escuela pública española y si es agitado por la izquierda como una verdad revelada, es porque, burdamente extrapolado, le sirve a sus objetivos, concretamente a los que inspiran la reforma de la Ley de Libertad Religiosa ya anunciada por el Gobierno. Conviene, por tanto, enfocar correctamente la cuestión y no mezclar conceptos para no caer en demagogias y desenmascarar a los demagogos.
    La presencia del crucifijo en la escuela pública española es asunto hace tiempo resuelto y es muy excepcional que se produzca algún conflicto; de hecho, sólo hay noticia de un caso en Valladolid, que está pendiente de juicio. La razón es bien sencilla; en gran parte de las escuelas públicas no hay crucifijo alguno y donde lo hay es por voluntad mayoritaria de los padres de los alumnos. La naturaleza aconfesional, que no laicista, del Estado, tal como establece la Constitución, ha propiciado su retirada de las aulas de manera gradual y sin tensiones; o bien su permanencia, con el beneplácito, e incluso la petición expresa, de padres, alumnos y profesores. Ésta ha sido la tónica general. ¿Por qué, entonces, ha llegado hasta aquí el revuelo de una sentencia entre los calurosos aplausos de la izquierda laicista? Porque le da munición para sus campañas contra la presencia de los símbolos cristianos en los espacios públicos. Sin embargo, una cosa es el fallo del Tribunal de Estrasburgo, que se limita a la exhibición de signos religiosos en la escuela estatal, y otra bien distinta la presencia de la cruz en los espacios públicos como parte consustancial de la cultura, el patrimonio, la tradición histórica y la herencia espiritual de los españoles. A la izquierda extrema no le preocupa tanto el derecho de los padres sobre la educación religiosa de sus hijos cuanto erradicar los símbolos cristianos visibles en la sociedad. De ahí que pretenda rebautizar las vacaciones de Semana Santa y de Navidad como «vacaciones de primavera y de invierno». De ahí también que pugne por expulsar de hospitales, cuarteles, centros cívicos y hasta de la Cruz Roja toda referencia a lo cristiano. Que nadie se llame a engaño, el objetivo real de quienes ensalzan la sentencia del Tribunal europeo no son nuestras escuelas públicas, en las que no hay conflicto alguno, sino la «limpieza» social de toda seña de identidad cristiana. Más aún, para el laicismo radical los conciertos, subvenciones y ayudas del Estado deberían estar sujetos a esa «limpieza», de modo que si los colegios católicos quisieran mantener el concierto económico tendrían que «amoldarse» a las exigencias laicas.
     Nada de todo el guirigay montado es ajeno a la Ley de Libertad Religiosa que proyecta el Gobierno a instancias del sector más ultra del PSOE. La necesidad social de esta ley es perfectamente descriptible: ninguna. Más aún, hasta los dirigentes de otras religiones y confesiones, como la judía, ya han declarado que la actual regulación de la libertad religiosa es más que suficiente. Pero, como ha sucedido con otras leyes promovidas por el Gobierno, el objetivo que persiguen los dirigentes socialistas no es solucionar demandas ciudadanas reales o gestionar los intereses generales, sino imponer su credo ideológico y de partido a toda la sociedad. Y el crucifijo les estorba.
 

Bono admite que le «choca» que una chica pueda abortar sin conocimiento paterno y dice que a él «no le molesta el crucifijo»

El presidente del Congreso de los Diputados, José Bono, espera y desea que la reforma de la legislación sobre el aborto se mejore en su trámite parlamentario y, en concreto, confía en que no se impida la compañía y las opiniones del entorno de la menor que tiene que tomar esa decisión, pues le "choca" que una chica de 16 años pueda abortar sin la opinión y el apoyo de las personas que la quieren. ambién quiere que en el PSOE se tengan en cuenta todas las posturas al respecto, pues está convencido de que en el partido no todos piensan "milimétricamente lo mismo". 
En una entrevista con Europa Press, Bono explicó que, más que   nada, el aborto es "un fracaso". "Algunos lo plantean como un derecho  y otros como un crimen, para mí es un fracaso, un hecho triste que no cabe festejar como un éxito, sino regular legalmente como un   fracaso", sentenció.  
A su juicio, "ante un fracaso que produce dolor, contrariedad y   tristeza, probablemente la ayuda del entorno, de las personas que más quieren a quien ha de tomar esa decisión, no haya que impedirla". "A una muchacha que desee abortar no se la debe aislar, sino facilitarle   la compañía de las personas que la quieren, como su pareja, sus padres y sus hermanos --enfatizó--. Es legítimo que así sea".  
En cualquier caso, insistió en la conveniencia de facilitar la participación del entorno de la menor. "Si la decisión última ha de ser de la mujer, me atrevería a decir que no ha de ser la única, debe haber otras opiniones --dijo--. Abortar es una decisión que afecta   sobre todo a la mujer que lo decide pero no solo a ella. Su pareja   parece que también puede decir algo relevante".  
Además, expresó su deseo de que este proyecto de ley, como todos, se mejore en el trámite parlamentario a su paso por las Cortes, para lo cual aconsejó buscar "el máximo nivel de acuerdo porque no es un tema menor". "No es un tema que pueda usarse para el enfrentamiento entre los españoles. El aborto tiene una trascendencia social grande,   se presta a hacer planteamientos hasta muy demagógicos y sería bueno alcanzar el máximo nivel de consenso", sentenció. 

NO SE PLANTEA ROMPER LA DISCIPLINA  

De todas formas, Bono no se plantea apelar al voto en conciencia cuando el proyecto llegue al Congreso, pues tal y como está configurada la legislación electoral española, los diputados debemos   el escaño al partido que nos presenta en listas cerradas y bloqueadas. "No me planteo la posibilidad de la indisciplina",  garantizó.
Eso sí, dijo que "aspira, desea y quiere" que el PSOE tenga en cuenta "todas las opiniones" en el seno del partido, pues no todos piensan "milimétricamente igual". "No sería un valor democrático que todos pensásemos milimétricamente igual, pues cuando eso ocurre es   porque uno piensa por todos los demás o porque no piensa nadie".
José Bono afirma que a él "no le molesta el crucifijo" en ningún ámbito y que respetará "lo que la mayoría decida" .   

«NO ME MOLESTA EL CRUCIFIJO»

Por otra parte, Bono añadió que  a él "no le molesta el crucifico" en ningún ámbito de la vida, aunque matizó que respetará "lo que la mayoría decida" en referencia a la intención del Gobierno de retirar los crucifijos en las escuelas.
"A veces los españoles -explicó- tenemos cierta tendencia a emitir opiniones con vocación omnicomprensiva y generalizadora, pero la sociedad es mucho más rica en matices y se resiste a recetas dogmáticas y fórmulas magistrales".  
 Asimismo, Bono recordó que la Constitución establece que España no es un Estado confesional, "pero somos hijos de un pasado secular en que el crucifijo se confundía con los símbolos del Estado" y hasta  algunos pontificaban que "no se podía ser español sin ser católico,   lo cual es disparatado".  
Por eso, entiende que si hoy "a alguien le incomodara la manifestación pública de un sentimiento religioso, habría que escucharle y ver si esa molestia es jurídicamente aceptable o es constitucionalmente insoportable". "Que no haya crucifijos en las   escuelas públicas no va a disminuir el sentimiento religioso de los que lo tenemos", agregó.

EVITAR ENFRENTAMIENTOS  

Por otra parte, señaló que "hay muchos cristianos" que, como él,   no desean que los símbolos religiosos "se utilicen para imponer convicciones a nadie". En esta línea, citó al cardenal Tarancón, que siempre "se opuso a que un partido demócrata-cristiano representara a la Iglesia y a que la Constitución proclamara la confesionalidad católica del Estado". "Entonces y ahora había y hay otros cardenales nada taranconianos", añadió.
"Debemos ser respetuosos y que la mayoría decida, por supuesto  respetando los sentimientos y convicciones religiosas de todos los ciudadanos", concluyó.   

Entrando en la página solicitada Saltar publicidad