acné

La escritora que acabó con el acné juvenil

Janne Teller publica en España el lúcido y violento 'Nada', un libro prohibido, premiado y recomendado en planes de estudios de media Europa

Hace diez años se publicó en Dinamarca un libro que fue retirado de las librerías por ser considerado lectura perjudicial para los adolescentes a los que se dirigía su autora. Janne Teller (Copenhague, 1964) había escrito Nada, y un año más tarde el Ministerio de Cultura danés la premiaba como la mejor novela juvenil, en medio de un fuerte debate sobre las consecuencias de una novela en la que un grupo de chavales se infligen verdaderas aberraciones en su busca del sentido de la existencia. Al poco del premio nacional, Nada entraba en los colegios como lectura recomendada. Diez años después, Seix Barral lo publica en España.



Acné, no abusar de grasas ni azúcares

Se extiende en el rostro del 80 por ciento de los adolescentes de entre 13 y 18 años y eliminarlo supone, en muchos casos, una ardua tarea. De las garras del acné casi nadie se libra, pero si además no se siguen unas medidas básicas de higiene, las marcas pueden quedarse con nosotros de por vida. Al margen de los tratamientos, tanto farmacológicos como estéticos, mucho se ha especulado sobre el papel que juegan ciertos alimentos a la hora de favorecer o, por el contrario, frenar su desarrollo. Chocolate, chorizo y, en definitiva, productos grasos parecen ser el mejor caldo de cultivo para que el acné alcance su máximo explendor. Sin embargo, los especialistas relativizan estas creencias.
Esta afección de carácter temporal «se desarrolla por un exceso de producción sebácea que, a su vez, está influida por andrógenos y otros mediadores hormonales que están relacionados con determinados elementos de la dieta», explica Eduardo Iglesias Gutiérrez, profesor adjunto del Departamento de Ciencias Farmacéuticas y de la Alimentación de la Facultad de Farmacia de la Univeridad San Pablo-CEU de Madrid. En esta misma línea se sitúa la doctora Aurora Guerra, jefa de la Sección de Dermatología del Hospital Universitario Doce de Octubre de Madrid, quien añade que, «aunque no existe ningún alimento que haga que aparezca o persista el acné, en las personas con síndrome metabólico –debido a la alteración en el metabolismo de las hormonas– una dieta hipocalórica pobre en grasas lo mejora».
Más allá de los alimentos grasos como los dulces y los embutidos, la última novedad en mitos sobre el acné se ha centrado en la leche y, en concreto, con la desnatada. Para Iglesias, «esto pondría de manifiesto que el contenido graso de la leche no está relacionado con el acné». Sin embargo, continúa el experto, «algunos autores han observado que las hormonas presentes en la leche podrían resistir los tratamientos tecnológicos, especialmente el térmico, y los procesos digestivos, afectando a la producción sebácea de los folículos». Ante esta perspectiva, la doctora Guerra es tajante: «Han salido muchos trabajos sobre la ingesta de leche y el desarrollo del acné, pero ninguno de ellos tienen una evidencia científica que lo demuestre». Sin embargo, «esto no quiere decir que beber leche produzca acné, sino que en individuos con una cierta predisposición a desarrollar esta patología, se debe tener en cuenta el consumo de estos alimentos, por otra parte básicos en el conjunto de una dieta saludable», matiza Iglesias.

De nada sirve restringir

Para tratar el acné desde el punto de vista nutricional, el doctor José Carlos Moreno, vicepresidente de la Asociación Española de Dermatología y Venerología (AEDV), y jefe del Servicio de Dermatología del Hospital Reina Sofía de Córdoba, insiste en que «de nada sirve hacer una dieta restrictiva. Aunque sí es cierto que algunos pacientes notan que empeoran con determinados alimentos, son una minoría que no alcanza ni el dos por ciento, por lo que de nada serviría hacer un menú especial para el 80 por ciento restante».
El abuso de alimentos con alto índice glucémico produce, según Iglesias, «un aumento de la concentración plasmática de insulina, lo cual estimula la produccións sebácea y eleva la concentración de andrógenos, contribuyendo al acné». Por ello, la medida más eficaz para mantener, en la medida de lo posible, a raya las espinillas reside en «una dieta equilibrada, sana y variada, rica en frutas y verduras, pero sin abusar de los alimentos grasos o con una elevada carga glucémica, al igual que los procesados o refinados», recomienda Guerra. Por tanto, apostar por una dieta «alta en fibra y baja en lípidos disminuye las concentraciones de andrógenos y otros mediadores hormonales relacionados con el acné», matiza Iglesias.

Efecto reparador

Dado que la piel se renueva cada cierto tiempo, resulta esencial mantener equilibrados todos los nutrientes que interfieren en este proceso. En este sentido, la vitamina A o retinol contribuye, entre otras funciones, a reparar la piel por lo que, según Moreno, «aumentar la ingesta de alimentos ricos en esta vitamina no es una panacéa, pero ayuda». Asimismo, incluir en la dieta diaria antioxidantes en forma de fruta y verdura es otra alternativa a tener en cuenta de cara al tratamiento del acné aunque, según Moreno, «sus efectos quedan desplazados por el efecto de la vitamina A». Mantener una ingesta adecuada de agua que oscile entre el litro y medio y los dos al día es determinante para que el organismo esté bien hidratado y, además, mejore el estado de la piel. Sin embargo, «no hay que caer en el mito de que beber mucha agua mejora el acné. Hay que tomar la necesaria porque, y aunque esto es aplicable para personas con o sin acné, si hay un exceso de agua el riñón termina por perder su capacidad de filtrar», advierte Guerra. Sin embargo, Moreno insiste en que si no se toma la suficiente, «se suda más y la piel se enrojece».
 



Suplemente, Suplemente, por Miguel Ángel Almodóvar


No se trata de una enfermedad grave en sí misma, pero al ser un problema que perjudica directamente la estética de la persona, acarrea, con harta frecuencia, problemas psicológicos de inseguridad, angustia y baja autoestima. Para combatirlo, la dieta es fundamental, pero siempre orientada a los suplementos nutricionales. En el desayuno, MSM o metilsulfonilmetano, componente azufrado que hace las células más permeables y receptivas a los nutrientes, al tiempo que ayuda a eliminar toxinas y desechos. Además, antes de las dos principales comidas y con un gran vaso de agua, lactobacilo acidófilus, bacterias probióticas y antibióticos naturales. En el desayuno y en la cena, perlas de omega-3 de aceite de mamífero marino, para flexibilizar los glóbulos rojos y que de esta forma puedan atravesar el fino filtro que son los capilares, llegar a sus objetivos y nutrir bien la piel. Y, punto final, Sal de Schüssler número 10, Natrium sulfuricum.


 

«El acné empeora con el consumo de alcohol»

-¿Se puede decir que nuestra piel es lo que comemos?
-En parte sí, y en parte no. La piel refleja muchas cosas que están ocurriendo en nuestro organismo y, en la medida en que la alimentación  influye en muchos reflejos internos, puede haberlos también en la piel, pero no todo tiene que ver con lo que comemos.

-¿Una buena alimentación no asegura un buen aspecto de la piel?
-Sí, pero dentro de unos límites. Hay muchos mitos en torno a la piel y a la alimentación. Los cambios en los hábitos alimenticios tienen que ver con algunos cambios en procesos que están ocurriendo en nuestra piel, pero son muy limitados. Es decir, no por hacer un cambio en la dieta podemos influir siempre en una enfermedad de la piel.

-¿El acné se puede controlar con una dieta equilibrada?
-No mucho,la verdad. El acné y la alimentación es uno de los mitos más frecuentes. Es  muy intuitivo pensar que si el acné ocurre por la grasa que hay en la piel y es un problema de las glandulas grasas, haya una relación directa entre el acné y las comidas, pero desgraciadamente no es así. Es más, vemos el acné en niños que están mal nutridos en zonas de guerra y adolescentes obesos con una dieta horrible que no tienen acné.

-¿Son un mito ciertos alimentos contra el acné?
-Absolutamente, pero dentro de unos límites. Si me dicen: «Tengo un hijo con acné que toma mucho chocolate» no es bueno. Si, además consume muchas grasas, va a tener un efecto perjudicial en el acné. Pero si le quitas las grasas y le pones una dieta absolutamente estricta, tampoco desaparece.

-¿Y el alcohol?
-El alcohol, sí. No es que lo desarrolles por beber, sino que por tomarlo puedes empeorarlo, al igual que secede con el tabaco. 

-¿El agua como elemento purificador y desintoxicante es un buen aliado contra el acné?
-No existe una mejoría del acné asociada a una mejor hidratación Lo que sí influye es la higiene. Tocarse los granos con las manos lo empeora. Y explotarlos lo complica todavía más y es posible que derive en cicatrices.

-Ante esta perspectiva, ¿sólo puede tratarse con fármacos?
-Depende del grado. Para un acné leve como pequeños puntos blancos y negros son suficientes fármacos que ni siquiera se toman por vía oral y que se aplican directamente en forma de cremas o leches limpiadoras. Pero hay un acné inflamatorio que produce quistes, lesiones dolorosas y profundas y requiere de fármacos por vía oral, que a veces tienen efectos secundarios, pero son fáciles de prevenir.




 

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