El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, debe tomar una última decisión pocas horas antes de que finalice de su mandato y
tome posesión del cargo su sucesora Dilma Rousseff este sábado. El presidente brasileño debe decidir si concede el estatus de refugiado o permite la extradición a Italia del activista de izquierdas Cesare Battisti, encarcelado en Brasilia desde hace cuatro años. La prensa local especula desde hace días que Lula concederá el estatus de refugiado a Battisti, a quien un tribunal italiano declaró en 1992 culpable del asesinato de cuatro personas -dos de ellas policías- en la década de los setenta, época en la que militaba en el grupo Proletarios Armados por el Comunismo (PAC), ligado a las Brigadas Rojas.