Bajar la velocidad máxima de circulación en autovías ha sido solo la primera de un lote de medidas de ahorro que el Gobierno prepara a ritmo frenético para afrontar la previsible subida de la -ya altísima- factura eléctrica por la crisis libia. Ayer, el ministro de Fomento, José Blanco, adelantó una más: su departamento pretende recortar a la mitad el gasto de iluminación en las carreteras, que es de 25 millones anuales. Un ahorro, por tanto, de 12,5 millones. Blanco precisó que la reducción de la iluminación afectará a "todas las carreteras de la red del Estado". Eso se podrá hacer, según fuentes de Fomento, desactivando un cierto número de farolas en cada vía o apagando señales luminosas en las carreteras con menos tráfico y, sobre todo, con la colocación de bombillas más eficientes.