Siguiendo el peligroso precedente de Afganistán, la OTAN constató ayer oficialmente que está corta de recursos para el aire que está tomando
la campaña libia y que necesita más aviones de ataque a tierra para neutralizar con precisión las tácticas militares del
coronel Gadafi. La petición la hizo el almirante James Stavridis, jefe militar supremo de la OTAN, a los ministros de Exteriores aliados y de los otros seis países que participan en la operación. "No he recibido promesas, pero tengo indicios" de que la petición será satisfecha, reveló el secretario general aliado, Anders Fogh Rasmussen, antes de autocalificarse de optimista visceral. El refuerzo no llegará de España.
La ministra Trinidad Jiménez asegura que España va a mantener su contribución en los términos pactados, que no incluyen operaciones de ataque a suelo.