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El Betis coge aire a costa del Sporting

Escondido de los focos propios de las alturas de la Liga, el Betis guarda como un tesoro sus señas de identidad. Relajado después de una nefasta racha, ha respirado para mostrar cierta personalidad en ese pelotón de la Liga donde rivales directos como el Sporting saben bien lo que es sufrir. Ayudado por los pases de Beñat y las paradas de Casto, el Betis se sostiene gracias a un delantero de cierto nivel, Roque Santa Cruz, fiel escudero para capear el vértigo de la amenaza del descenso. El Sporting, más curtido, peleó con su juego directo y la enorme movilidad de Barral, siempre peligroso ante la defensa de plastilina del Betis. Rubén Castro se cansó de fallar goles en la segunda mitad y la incertidumbre la cerró Jorge Molina, en el descuento.

Gordillo hizo de Baltasar: "Salud y mucho Betis"

"El camello que más rápido corre la banda. El turbo de Persia". Con estas palabras, como diseñadas por el speaker bético Manolo Melado, fue anunciado el Rafael Gordillo-Rey Baltasar antes de comenzar el recorrido con la Cabalgata de Reyes Magos por las calles de Sevilla, en las que el Vendaval del Polígono fue la auténtica atracción entre banderas verdiblancas y gritos de "y no pueden con él".

El Betis sabe a lo que juega

El Betis acompaña al Valencia al frente de la clasificación de la Liga BBVA tras imponerse al Athletic por 2-3 en un partido 'made in San Mamés'. Los de Mel fueron mejores, pero aún así tuvieron que sufrir hasta el último minuto para hacerse con los tres puntos. Leer


El Betis emborrona al Athletic

Tres eran tres y ninguno fue bueno. Como las hijas de Elena. Tres goles como tres soles del Betis en 45 minutos, pero soles incendiados, que obnubilaron al árbitro y sus asistentes, un tanto cegatos para las sutilezas del juego. El primero de Beñat pareció magnífico salvo por dos razones: no fue falta de Amorebieta y sí fue falta (de aplicación) de Iraizoz, mal colocado, despistado. El segundo, de Nacho, fue bellísimo, tras varios escorzos inteligentes a los que solo se les podía poner un pero: el balón había salido por la línea de banda cuando lo recogió con una habilidad magnífica. El tercero, de penalti, pareció excesivo. De Marcos escondió el brazo en vez de exhibirlo. Y sin embargo el Betis debió golear al Athletic. Le sobraban esos tres goles conflictivos porque perdonó ocasiones magníficas en la segunda mitad: jugadas de tiralíneas, paredes, contragolpes fugaces, tiros al poste, disparos errados con Iraizoz como portero de futbolín. Pudo ser una goleada de un equipo solvente aniquilando a un remedo de lo que había sido el Athletic unos pocos días antes.

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