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Opinión

Confesiones de un mentiroso

- El pasado domingo en Salvados, Pedro Sánchez, despojado ya de los corsés inherentes a los cargos de Secretario General y Diputado del PSOE, ofreció impresiones y explicaciones acerca de la vorágine que en el partido de González y Díaz se ha saldado con su regreso a la mera militancia de base.

José Luis Moreno, confesiones tras la tormenta judicial

La biografía de José Luis Moreno está llena de leyendas, así que, tras su declaración judicial en el caso Palma Arena, el pasado 21 de enero, él mismo nos explica su situación actual, no sin antes relatarnos cómo el tercer hijo de una pianista y un escultor estudió Medicina para, luego, ejercer de ventrílocuo y, más tarde, de productor. «Si tengo que resumir mi vida, lo haría en una sola palabra: trabajo». Desde niño, explica, estuvo muy unido a su madre, quien modeló su personalidad. «Fue mi amiga, me enseñó idiomas, me descubrió a Amiel, a Unamuno, a Erasmo de Rotterdam. Mi padre también inf...

Julián Contreras escribirá las confesiones de Francisco Rivera

¿Quién mejor que su propio hermano Julián Contreras para escribir las confesiones de Francisco Rivera? Esto debió pensar el propio Contreras y de ahí que hoy ya pueda anunciar que los hermanos han llegado a un acuerdo con la editorial Martínez Roca para el proyecto de este libro que espera ver la luz el próximo otoño. Sería su tercera obra y la primera de Francisco, cuyo papel será el de «confesarse» ante su hermano. Como es de esperar, la química que se puede producir entre ambos será la mejor arma del autor. En esos encuentros que ya han comenzado Rivera Ordóñez no sólo hablará de su vida s...

‘Confesiones muy íntimas’, o la soledad en clave de humor en el Siete Colinas

La soledad y la necesidad de ser escuchado. Un tema teledirigido al drama pero que ayer fue tratado en clave de comedia en el salón de actos del Instituto Siete Colinas. ‘Confesiones íntimas’ trajo ayer a las tablas del pseudoteatro local a actores como Manuel Tejada, Sole Palmero, Juan Fernández y Remedios Cervantes; éstas dos últimas productoras además de la obra.

Casanova, confesiones de un libertino

El personaje se tragó al artista, y éste ha de ser redescubierto por fin, pues en muchas ocasiones se ha olvidado al escritor en pos de mantener por inercia un mero arquetipo: el del galán en los salones nobles y aristocráticos de la Europa del siglo XVIII, aquel que apareció en la gran pantalla interpretado por Alain Delon en una película de 1992, el buscavidas metido en mil oficios e iniciativas para beneficiarse de la protección de los más poderosos. Hablamos de Giacomo Casanova (Venecia, 1725-Dux, Bohemia, 1798), tan famoso por sus correrías amorosas, pero a la vez tan desconocido, a pesar de tener una de las vidas más fascinantes que puedan encontrarse y ofrecer una literatura llena de originales virtudes, muy en especial, en «Historia de mi vida», su descomunal autobiografía que este mes, de la mano de la editorial Atalanta, ve la luz de forma íntegra por primera vez en español.
En el ámbito literario, a Casanova se le conoce y admira fundamentalmente por esa larga narración de sus vivencias, pero al parecer él hubiera querido alcanzar la inmortalidad mediante sus ficciones literarias. No lo logró, sin embargo, y de forma irremediable su actividad artística es imposible deslindarla de su existencia íntima: se ha destacado la notable factura de un cuento como «El duelo», por ejemplo, pero éste en verdad responde a un episodio real que sufrió el escritor: la marcha de la corte polaca tras un duelo a causa de una bailarina. Prologando esta obra, Ángel Crespo reflexionó sobre cómo el autor extendió su ser a su propia escritura: «Hombre temperamental hasta la imprudencia, a la que solía oponer como contrapeso su astucia y su conocimiento del corazón humano, todo cuanto escribió en torno a su vida parece obedecer a la necesidad de desahogar los humores que, a consecuencia de semejante carácter, amenazaba, a veces, con asfixiarle».
Un caso fortuito
Esta astucia, este don psicológico para retratar a los demás, el desparpajo a la hora de hablar de lo propio se palpa en «Histoire de ma vie», escrita cuando Casanova estaba empleado como bibliotecario en el castillo del conde Waldstein, en Bohemia, y deseaba recuperar su intenso pasado y mostrarlo al mundo, reclamando una atención que había perdido para siempre. «Es entonces cuando aparece ese magnífico y único caso fortuito llamado Casanova», cuenta Stefan Zweig en su estudio triple «Casanova. Stendhal. Tolstói. Tres poetas de sus vidas» (editorial Backlist, 2008): «Por fin un apasionado sibarita, el típico devorador de instantes, narra su vida desmesurada y lo hace sin tapujos morales, sin dulcificaciones poéticas, sin atavíos filosóficos, sino de una manera absolutamente concreta, tal y como fue: apasionada, arriesgada, licenciosa, desconsiderada, divertida, vulgar, indecente, atrevida y desordenada, pero siempre interesante e imprevista». Se trata de un hito literario, una obra como ninguna hasta la fecha, que no sólo refleja la trayectoria de un solo hombre sino la cotidianidad del tiempo dieciochesco en torno a todas las clases sociales en todo el continente.
Lujuria y raciocinio
Aquejado de gota, el viejo Casanova va a componer doce volúmenes (unas 3.500 páginas hoy) sobre su trayectoria desde su nacimiento hasta alcanzar el año 1774. El escritor habla, como detalla en el prólogo Félix de Azúa, «de la República de Venecia; le sigue un crecimiento deslumbrante en las cortes más poderosas de Europa; viene luego una madurez robusta, durante la cual esa viva lumbre se va achicando poco a poco; y por fin una decadencia insoportable a la que sólo la muerte puede aliviar».
Relato de viajes, de anécdotas alrededor de la realeza y de las noches tabernarias, de calles y palacios y muchas mujeres y artistas y políticos, «Historia de mi vida» es sobre todo un texto donde se respira la doble cara de Giacomo Casanova –amable pero sinvergüenza, encantador pero embustero– y que, según Azúa, «conmueve, exalta, divierte, inspira, solaza y excita tanto la lujuria como el raciocinio».
Lo habrá comprobado profundamente el traductor de la obra, Mauro Armiño, quien cuenta los avatares que sufrió el manuscrito: un sobrino lo conservó tras la muerte de Casanova, en Dresde, hasta que fue vendido en 1820 a un editor de Leipzig, que purgó el texto quitando los pasajes más escabrosos; además, otros manuscritos no verían la luz hasta después de la Segunda Guerra Mundial, y no sería hasta el año 1960 cuando los papeles originales de Casanova, sin censuras ni tampoco tergiversaciones, pudieron editarse.
Extraordinario autor
Atrás han quedado olvidadas la mayoría de sus cuarenta y tres obras –aunque cabrá algún día publicar como se merece su copiosa correspondencia–, pero la «Historia de mi vida», pese a estar redactada en un francés lleno de recursos más cercanos a los relatos orales –como si el autor estuviera conversando «con una persona o un grupo de amigos que tuviera enfrente»– en palabras de Armiño, es la obra imperecedera de un individuo que fue mucho más que un donjuán caballeroso con todas sus amantes: un extraordinario escritor cuya valía está aún pendiente de calibrarse en su justa medida.


Diplomático y espía
Es conocido por su capacidad de seducción. Pero también fue diplomático, espía y escritor. Su destino y su predilección por las gestas amorosas prendieron pronto en su alma. Con apenas 16 años perdió la virginidad, una época en la que fue seducido por un par de hermanas. Fue el comienzo. Desde entonces conquistó a todas: doncellas, monjas y damas.

Confesiones teñidas de sangre

Sin inmutarse, como si nada, Manuel Córdoba, 120 o cara cortada, como se le conocía en el mundo paramilitar, afirmó ante un fiscal: "Mi gente pudo haber matado unas 15.000 personas". Es sólo una de las espeluznantes confesiones que han hecho los paramilitares desmovilizados en el marco de la Ley de Justicia y Paz que cumple ya cuatro años.
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