G. T.
Competencia considera que “no constan indicios de infracción por parte de las compañías que apunten a cualquier tipo de manipulación" tras diez años de vigilancia de su comportamiento, pero advierte que el funcionamiento de la línea entre Ceuta y Algeciras es “ineficiente y poco competitivo” y que “existe un exceso de rotaciones a lo largo del año sin repercusión en el nivel de precios, los cuales deberían ser más bajos por el número de competidores".