moscas

Las moscas macho se echan una manita para conseguir copular

Los machos emparentados de estos insectos prefieren cooperar entre ellos para aparearse y disminuyen así su agresividad en el cortejo

Cuando varios machos de mosca de la fruta (Drosophila melanogaster) compiten por una hembra, esta puede resultar dañada en la disputa. Sin embargo, según un estudio en el que participa un investigador español, cuando los machos son hermanos, la agresividad del cortejo disminuye y la hembra sufre menos, por lo que puede vivir más tiempo y tiene más descendencia.

Las moscas sin feromonas son «sexualmente irresistibles»

Un equipo de investigadores canadienses ha descubierto el secreto de un poderoso afrodisiaco, al menos para las moscas del vinagre, que provoca una pasión irresistible incluso entre ejemplares de distintas especies.
    Un estudio publicado hoy en la revista "Nature", un equipo de investigadores dirigidos por el profesor Joel Levine reveló que tras suprimir ciertas feromonas en moscas macho estas eran tan irresistibles que otros machos, e incluso diferentes clases de moscas, intentaban aparearse con ellas.
    Los resultados de la investigación desmontan la creencia, al menos entre moscas, de que las feromonas son afrodisiacos químicos utilizados por los animales para aparearse.
    El equipo del profesor Levine llegó a esta conclusión tras eliminar genéticamente las células que producen feromonas en la especie "Drosophila melanogaster", conocidas popularmente como moscas del vinagre o moscas de la fruta.
    Tras la modificación genética, las moscas (tanto machos como hembras) se convirtieron en poderosos imanes sexuales que atrajeron moscas macho normales e incluso ejemplares de otras especies de moscas de la fruta que normalmente no sienten ninguna atracción por las "Drosophila melanogaster".
    Levine concluyó que las feromonas regulan el comportamiento sexual en las moscas de la fruta pero también influyen en su capacidad para reconocer los ejemplares de su misma especie o de distinto sexo.
    El experimento también demostró que aunque los ejemplares macho normales encuentran irresistibles las moscas macho modificadas genéticamente, las hembras no se sienten atraídas por los insectos que no producen feromonas.

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