oídos

Rajoy hace oídos sordos al ofrecimiento de Rubalcaba para afrontar la crisis con Catalunya

El líder socialista plantea consensuar una reforma de la Constitución para "actualizar las normas de convivencia" para continuar "por el mismo camino que emprendimos hace 35 años"

La última sesión de control del actual periodo de sesiones - el calendario ordinario de plenos de la Cámara baja no se retoma hasta el 11 de febrero - no ha deparado sorpresas: el presidente Rajoy ha tomado la senda que más le ha convenido sin preocuparse ni lo más mínimo de todo lo que le planteaba la oposición, que evidentemente no eran asuntos agradables para su gestión. Pero es que, además, Rajoy ha evitado emplear esta sesión de control para pronunciarse en sede parlamentaria sobre el contencioso abierto por el anuncio del referéndum soberanista planteado desde Catalunya.

CCOO advierte a Farjas de que los problemas de la Sanidad no desaparecerán por "hacer oídos sordos"

- La Federación de Sanidad comisionista se muestra "estupefacta" por las afirmaciones de la secretaria general del Ministerio

- "Esperamos un cambio de actitud y una convocatoria con sincera intención de negociar y solucionar los problemas de sus trabajadores", pide la central

- El sindicato quiere hablar de las bolsas de trabajo, la inestabilidad, la promoción interna, las vacaciones, la movilidad o la "sobrecarga" de tareas, entre otros temas

Sahin hace oídos sordos a las ofertas

A Sahin le han llamado en las últimas semanas el Inter, el Bayern y el Borussia, que quiere recuperarlo a toda costa para el centro del campo, pero el jugador ha dado la orden a su representante de no escuchar a nadie. Sahin confía ciegamente en Mourinho y está convencido de que la próxima temporada va a disfrutar de muchos minutos. Leer


Oídos sordos

Tan ocupado está Zapatero en consolidar su liderazgo planetario que le auguró Leire (Morgana) Pajín que es incapaz de percatarse de la realidad del país del que es jefe de Gobierno. El virus internacional es un mal que ha aquejado a todos los presidentes de la democracia en su segundo mandato. A Aznar le ridiculizaron por los gestos de familiaridad exagerada en sus encuentros con Bush, y ahora hemos sido testigos de cómo a ZP se le caía la baba sentado junto a Obama en la Casa Blanca, o en Jerusalén y Ramala «vendiéndose» como el gran pacificador. Eso de hacer el ridículo está en la condición humana, pero mucho más en los políticos que desconocen que se puede volver de todo, menos precisamente del ridículo. Eso han hecho algunos portavoces socialistas, y medios afines, cuando se han puesto a la tarea de contar cabecitas en la manifestación del sábado en Madrid. Hablar de 250.000 personas indica que algunos son tan malos contables que así les va en sus negocios. En Madrid había mucha España real, mucha más que en manifestaciones contra la guerra de Irak que fueron el principio del fin del PP en el poder. Hacer oídos sordos al pulso de la calle indica que el presidente empieza a no pisar el suelo. Y el suelo no es Rodiezmo, ni los artistas de la ceja. Hay mar de fondo y sólo hace falta que la oposición le ponga un poco de ganas, imaginación y propuestas sensatas y creíbles para que el castillo de naipes que es este Gobierno se venga abajo. Tiene gracia que se critique a Aznar por acudir a la manifestación en contra de la Ley del Aborto. Al menos él no se pone detrás de la pancarta. El gran líder cósmico se pasó casi dos años de «manifa» en «manifa», jaleado por los grupos de presión mediático-políticos que hoy le dan «cera» porque él no les da todo lo que piden para seguir siendo jugadores de ventaja. Hay muchas maneras de ser «carca», apelativo con el que se quiere despachar a un millón de personas. Una de ellas es aferrarse al sectarismo y mantener, por ejemplo, a unos sindicatos más ocupados en «chupar del bote» que de la resolución de la destrucción masiva de empleo.
 

«Que no hagan oídos sordos»

Silvia Albés, la joven esposa del gondomareño Pablo Costas, ha encontrado un halo de serenidad dentro del calvario que soporta desde que se le comunicó el secuestro de su marido. Por una llamada telefónica, sabe que su compañero está bien y aguarda su liberación. «Porque... debe ser la prioridad ¿no? ¡ponerlos a salvo!». Lo dice con resquemor, molesta con unas declaraciones de Defensa, en las que se reseñaba que el atunero vasco estaba fuera del perímetro de seguridad cuando fue acechado por los piratas. El padre de José Antonio García, otro de los marineros del «Alakrana» apresados, espera t...
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