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Optar por la vida

Hemos acabado pensando en el aborto como un medio de emancipación. Una mujer embarazada sin quererlo, o con un niño que plantee problemas o simplemente con dificultades económicas o con una perspectiva vital en la que no encaje la maternidad, se libera del destino que le espera mediante una operación quirúrgica. El gigantesco proceso emancipatorio en el que Occidente lleva embarcado desde hace dos siglos culminaría en la sala de operaciones de una clínica especializada, con restos (no humanos todavía, por lo visto) y bolsas de basura… La libertad siempre tiene un coste, ya se sabe, y el uso del propio cuerpo, o la realización personal, también. Así es como la proclamación del aborto como un derecho pretende negar la dimensión trágica de la vida: podemos ser felices siempre, se nos dice. Dicho de otro modo un poco más ramplón: tenemos derecho a vivir sin demasiados problemas. Pero como la vida impone siempre su ley, al final ese derecho lo costea un niño sin nacer, unos 300 al día en España. El empeño en zafarse de la dimensión trágica acaba en una tragedia aún mayor, aunque silenciada: el que la padece no tiene forma de defenderse y la futura madre se ha quedado sola. ¿Hace esto más feliz a la sociedad? Es dudoso. Más bien la anestesia frente a las atrocidades que nos esperan si seguimos ignorando la naturaleza sagrada de la vida. No creo que nadie vaya a juzgar la decisión que tome una mujer ante una disyuntiva como ésta, tan difícil en tantas ocasiones. En cambio, el resultado de la elección personal está claro. Como se demuestra una y otra vez, optar por la vida suele ser fuente de estabilidad, de seguridad, de alegría. Más clara aún está la decisión política, que debería olvidarse de demagogias fáciles y favorecer la vida, la responsabilidad y la compasión. No es así, por desgracia, aunque esto puede cambiar, como se demostrará hoy.

El Gobierno recuerda que cualquier ciudadano puede optar a la plaza de la mujer de Paco Paris

Nuevo enfrentamiento entre el Gobierno y CCOO por las denuncias sindicales sobre trato de favor en las contrataciones del Ayuntamiento. Ahora por culpa de las críticas de Comisiones referentes a la presunta manipulación de plazas estructurales para favorecer a la mujer del jefe de Gabinete, Francisco Javier Sánchez Paris. La portavoz del Gobierno, Yolanda Bel, ha negado los hechos y recuerda que todo el que quiera puede presentarse a la misma plaza a la que opta la mujer de Paris.

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