Fue el festival de arte de vanguardia más significativo que se ha celebrado en España y sin embargo, sus creaciones y espíritu innovador ha permanecido disperso, y por qué no, en el olvido, hasta que el Museo Reina Sofía decidió hace un año recuperar los documentos de aquella manifestación artística y presentar algunas de las propuestas de los más de 350 creadores que acudieron a Navarra y formaron parte de los «Encuentros de Pamplona de 1972». Ahora, bajo el título «Fin de Fiesta del arte experimental», se presentan videocreaciones, esculturas, archivos sonoros, teatros, fotografías, pinturas y otra serie de acciones culturales que supusieron la culminación de las prácticas experimentales de los años sesenta. «Ha sido un reto y un trabajo muy duro recuperar lo que allí se vivió porque hemos querido recrear a la perfección su ambiente, algo muy necesario para contextualizar las obras que se presentaron aquel año», explica Manuel Borja-Villel, director del Museo.
La exposición está estructurada con la intención de seguir los pasos de los ocho días (del 26 de junio al 3 de julio de 1972) que duró el encuentro y, a través de diferentes salas, se sorprende al visitante con proyecciones que recuerdan «lo que fue este hito internacional que a diferencia de otros encuentros como “Documenta 5” de Kassel ha sido escasamente estudiado», afirma Borja-Villel.
Iniciativa privada
«Fue una totalidad compleja y paradójica que, por su envergadura, se constituyó en el reflejo de las contradicciones, de los deseos y temores, y, también, por qué no, de los delirios artísticos e ideológicos dominantes en el arte español durante los últimos años de la dictadura», comenta el comisario de la muestra, José Díaz Cuyás.
Sin duda, John Cage fue una de las presencias más importanes de esta cita cultural, con su influencia sobre las tendencias antiarte de los años sesenta, pero no se pueden olvidar otras obras, como los documentales de José Antonio Sistiaga, los trabajos de Juan Hidalgo, Antoni Muntadas o Jordi Benito, así como la reconstrucción realizada por Frank Ancel de un fragmento de la película de Vladimir Malakovski «Atrápalo por el celuloide» (1918).
La celebración de este encuentro se pudo llevar a cabo gracias a la financiación privada del Grupo Huarte y la organización corrió a cargo de Alea, con especial énfasis por parte del compositor Luis de Pablo y su compañero, el artista José Luis Alexanco.
«Producto de la casualidad»
El compositor y «autor intelectual» de los Encuentros, Luis de Pablo, quiso dejar claro que esta muestra de Pamplona fue «producto de la casualidad y del azar», y que al final resultó ser un encuentro «imposible de comparar con ningún otro acontecimiento cultural». José Manuel de Prada, autor de las famosas Cúpulas Neumáticas que albergaron varias actividades, se sumó a las declaraciones del músico y afirmó: «Los Encuentros del 72 fueron más un desconcierto que un concierto».