La empresa Tragsa, omnipresente en Ceuta, también en sus bordes, trabaja desde hace unas semanas , por encargo del Ministerio de Interior para levantar las nuevas vallas que rodearán la frontera de Ceuta y Melilla. Más altas, hasta alcanzar los 10 metros
—un metro más del muro que pregonaba Trump y no ha llegado a construir— y menos lesivas. Y técnicamente imposibles de sortear, ni mucho menos trepar al estar parcialmente cubiertas por planchas metálicas.