¿Están Vivas y Gordillo en guerra ?

¿Están Vivas y Gordillo en guerra ?

-Los tres únicos cambios en el estable Gobierno de Juan Vivas esta legislatura han tenido su origen en crisis en toda regla que han degenerado en investigaciones judiciales


En los últimos tiempos el Gobierno que preside Juan Vivas ha tenido que hacer frente a diversos problemas, “escándalos”, según la oposición.

Muchos de estos problemas que obligan al Ejecutivo a un mayor desgaste y que lastran su credibilidad ante la ciudadanía son entendidos a veces como algo natural de los periodos que preceden a las elecciones municipales (previstas para el próximo mes de mayo). Ya sucedió hace cuatro años. Entonces, el PSOE de Toñi Palomo denunció una serie de casos de supuesta corrupción: Barranco Piniers, viviendas en Sidi Embarek o el caso Sánchez Paris, por citar algunos de los más significativos. Todos se perdieron en la memoria y desaparecieron de la actualidad política al pasar las elecciones.

Si bien, otras voces apuntan a que los actuales casos de supuesta corrupción que desbordan al Gobierno pueden ser en realidad los daños causados por una herida abierta en el PP. Una herida sin cicatrizar que tiene nombre y apellidos: Pedro Gordillo. Y que bien pudiera estar enfrentando al Gobierno de Vivas con una importante facción del Partido Popular que juega sus cartas desde la sombra y con el conocimiento de la actividad más comprometida de los miembros del Ejecutivo de Vivas, generando muchos dolores de cabeza al presidente y cobrándose en algunos casos las cabezas de distinguidos miembros del equipo.

“Una guerra interna, que todo el mundo la conoce, pero que se dilucida con los presupuestos y los impuestos de todos los ciudadanos, y como mínimo dificulta el funcionamiento de las instituciones”, apunta una voz sindical.

El Gobierno se ha mantenido estable desde que comenzó la legislatura. A diferencia por ejemplo del periodo entre 2003 y 2007 dónde los cambios en el Gobierno fueron frecuentes, entre 2007 y este final de 2010 apenas se cuentan dos cambios. Dos crisis, que en cambio, sí respondieron al término acuñado para las remodelaciones de los gobiernos en toda su profundidad.

De los tres cambios de cartera que se cuentan, dos han supuesto además la apertura de una causa judicial para investigar los hechos que originaron la crisis y el movimiento en el Gobierno. El primer caso fue el de Pedro Gordillo, el segundo el del ex consejero de Gobernación, José Antonio Rodríguez. Entre ambos no media ni un año y el segundo se produce a escasos 8 meses de concurrir a las urnas.

Caso Gordillo

El denominado caso Gordillo sigue ‘sub judice’ desde que Sineb Ahmed, supuesta víctima de una agresión sexual por el entonces vicepresidente del Gobierno y máximo dirigente del Partido Popular, Pedro Gordillo, decidiera interponer una denuncia en la comisaría de la Policía Nacional.

El presidente Vivas, que visionó el vídeo no entendió que hubiera delito, ni él ni sus asesores. Aún así, la cuestión está pendiente de que se cierre la instrucción, a la espera de que se pueda determinar cuál es el trastorno originado en la salud mental de Sineb Ahmed.

Gordillo, a raíz de aquel escándalo dejó de ser consejero de Presidencia y vicepresidente de Ceuta. Su poder, gestionaba un tercio del presupuesto de la Ciudad Autónoma, se repartió entre las distintas consejerías y el propio presidente. Desapareció Presidencia como consejería, y el cambio provocó al poco tiempo que se desvaneciera también la Viceconsejería de Recursos Humanos, el área había pasado a ser gestionada por Hacienda (Francisco Márquez). Ángel Javier Díez Nieto salió de esa área de influencia y se fue a la recién creada Viceconsejería de Comunicación, Análisis y Programas en dependencia directa del área de Presidencia del Gobierno. Viceconsejería a la que han ido restando peso e incluso personal adscrito, como es el caso de los asesores de prensa, que durante un corto periodo de tiempo estuvieron bajo las órdenes de Ángel Javier Díez Nieto.

Efecto dominó

Díez Nieto no es el único colaborador estrecho de Pedro Gordillo que ha visto cambiado su status en el Gobierno a raíz de la desaparición del ex mandatario popular. Otros, de menos peso, también se han visto mermados en sus funciones o directamente fulminados. Quizás el más sonado sea el del ex Subdirector General de Menores, Luis María Fernández. Su caso es sintomático. Luis María Fernández pasó de ser defendido a capa y espada por el propio Vivas, junto a Gordillo, cuando su nombre saltó a primera plana por tener una trifulca con el sindicalista de Comisiones Obreras, Juan Antonio Alonso, a caer en desgracia a las semanas de de la retirada de Gordillo. Vivas lo dejó caer y la nueva responsable de Menores, Carolina Pérez, lo cesó fulminantemente, una vez que ya no le protegía el aura de Gordillo.

Fuentes sindicales colocan también en esa relación con Gordillo, otros cambios, reorganizaciones de servicios que, fuera ese su fin o no, acaban restando poder de decisión y maniobra a hombres de confianza del otrora todopoderoso Pedro Gordillo. Es el caso del que fuera director del Centro de Proceso de Datos (CPD), Miguel Barbancho. Primero cedió la coordinación del 112 y más recientemente el Gobierno ha reordenado su área, el CPD, para crear un codirector. A Barbancho le va a quedar hacerse cargo del mantenimiento de la informática municipal, al nuevo codirector, todo lo demás, según apuntan irónicamente desde los sindicatos.

La misma fuente atribuye a esa ‘limpieza’ el caso del Jefe del Almacén Municipal, desposeído de tal jefatura por decisión gubernamental, una vez que pasó a depender de la Consejería de Hacienda de Francisco Márquez (el consejero que más poder asumió del que gestionaba Gordillo antes de dimitir de la política). Ha logrado mantener su rango gracias a una sentencia judicial.

Cese en Gobernación

En esa guerra fría del actual Gobierno contra los resortes de poder construidos por Gordillo, sitúan muchas fuentes, el otro cambio en el Gobierno, la última crisis: la destitución de José Antonio Rodríguez como consejero de Gobernación (con su gestión judicializada también).

“La carta de los sindicatos que sirve de detonante a ese cese está apadrinada por Gordillo”, apuntan desde Comisiones Obreras. En esa teoría de la guerra entre los fieles a Gordillo y el actual Gobierno, se cuenta que la información sobre la “irregularidad” en las facturas había sido remitida por el propio Gordillo a Juan Vivas con anterioridad, pero “vivas pasó de él”, así que Gordillo habría utilizado a Alberto Gallardo, asesor externo del Gobierno en materia de Seguros, hermano de Eduardo Gallardo, dueño de la empresa Gallardo Seguros, para que los representantes sindicales de la Policía Local firmen esa denuncia por escrito y el presidente no tenga opción a decir que no sabe nada.

A pesar de que Alberto Gallardo niega cualquier relación con la empresa de su hermano, muchas voces apoyan la teoría en el hecho de que la aseguradora de Eduardo Gallardo haya mantenido relaciones de formación con la Policía Local con la estrecha colaboración de los representantes sindicales en el Cuerpo. Y el significativo detalle de que la historia acaba en manos de la opinión pública, de los delegados sindicales y de los partidos de la oposición menos de un año después de la dimisión de Gordillo. Además, dicho cese se produce a escasos ocho meses de las elecciones, con los puestos en la lista electoral en juego y el debate abierto en el partido y cuando no parece muy aconsejable mover, salvo fuerza mayor, el banquillo.

Los contratos fraccionados a una empresa, llevados a cabo por Gobernación y su tramitación como contratos de suministro cuando en realidad eran de obras, fueron calificados por el propio presidente como “irregularidad administrativa”, el Tribunal de Cuentas, que tuvo conocimiento del asunto a través de un escrito remitido por el grupo político de Mohamed Alí, ha decidido abrir una investigación y remitir el asunto a su sección de enjuiciamiento.

Los teóricos de la guerra interna en el PP y el Gobierno apuntan a que la salida de Ángel Gómez de la Policía Local o de Sebastián Fernández, mano derecha de Rodríguez de Gobernación, podría estar relacionada con esa lucha.

Sin paz a la vista

Y no hay de momento paz a la vista. Más en un periodo electoral en dónde hay tantos intereses cruzados por colarse en puestos relevantes en la lista del Partido Popular, previsiblemente la lista que va a ser más votada.

Así, son muchas las voces sindicales y políticas que apuntan a que Gordillo habría jurado venganza a quienes fueron sus colaboradores más fieles y por los que se sintió más traicionado. En esa lista, se habría tachado ya el nombre de José Antonio Rodríguez, pero aún podrían caer más, tanto es así, que tras el cese de Rodríguez Gómez, los periodistas preguntaron al presidente Vivas si se preveían más cambios de Gobierno antes de las elecciones y Vivas dejó la puerta abierta a los mismos a la vez que fijaba su opinión en la estabilidad de los cargos.

Todo el mundo en los pasillos políticos mira a lo que era la guardia pretoriana de Gordillo. Lo que falta por saber es si las miradas y los comentarios de pasillo llegarán a convertirse en nuevos actos de guerra.

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