Subir impuestos es de izquierdas y bajarlos, de derechas dicen los caducos cánones de la ideología política cuyos márgenes se han difuminado en los últimos años. Tanto, que un gobierno de derechas como el del PP de Juan Vivas ha duplicado desde 2007 hasta 2010 su facturación en lo referente sólo a cuatro conceptos recaudatorios que repercuten directamente sobre las economías familiares: Impuesto de Vehículos, gravamen de hidrocarburos, tasa de basura y tasa de alcantarillado.

Lo que más ha subido en porcentaje es la recaudación por la recogida de residuos sólidos y por la red de alcantarillado, impuestos que paga cualquier familia que tenga una vivienda en propiedad o en alquiler, esto es, cualquier familia que no viva debajo de un puente. Paga esos dos impuestos tenga vehículo o no y consuma carburante o no, como sucede con los otros dos, en los que la Administración Vivas ha incrementado su facturación, pero no del mismo modo. Los datos puestos encima de la mesa por la coalición Caballas y según la información facilitada por Servicios Tributarios son claros: Por el impuesto de circulación se ha pasado de facturar 1.880.000 euros en 2007 a 2.350.000 euros en 2010; de carburantes, por los 3.300.000 euros facturados en 2007 se cuentan ahora 6.100.000 euros; cerca del triple creció la facturación del Gobierno de Vivas por la tasa de Recogida de Residuos Sólidos Urbanos, de 585.000 euros en 2007 se ha pasado a 1.310.000 en 2010; peor aún es lo que se ha incrementado la recaudación por el impuesto de alcantarillado, la ciudad factura casi cuatro veces más, de 670.000 euros en 20007 se ha pasado a 2.240.000 euros en 2010. En total, mientras en 2007 la Ciudad Autónoma, ya gobernada por el PP, facturaba a los ciudadanos 6.435.000 euros en estos impuestos en 2010 el mismo Gobierno del PP ha llevado esa facturación a los 12.000.000 millones de euros, cerca del doble. Optimización, actualización de tasas y otras expresiones y eufemismos similares en boca del Gobierno cada vez que la cuestión ha surgido en el debate público. Voracidad recaudatoria, despilfarro del gasto público, sangrar al ciudadano por una mala gestión y subida de impuestos es la terminología usada por la oposición para la misma cuestión y el mismo debate. Lleve la razón el Gobierno de Vivas o la oposición de Alí la realidad es la misma: A final de mes la economía familiar ceutí paga más que hace cuatro años y tiene mayor dificultad para llegar al día de cobro manteniendo el mismo nivel de vida y sin hacer sacrificios. Más impuestos Ni es la primera subida de este tipo que realiza el Gobierno ni la única, sin ir más lejos en los presupuestos para 2011 había otro curioso incremento de la recaudación. El Ejecutivo de Vivas prevé durante este año recaudar un 10 por ciento más que en 2010 en sanciones y multas y elevar esa partida de los 2,3 a los 2,5 millones de euros. 200.000 euros que saldrán del bolsillo de los ciudadanos en una partida que año tras año ha venido sufriendo incrementos similares a ese diez por ciento de 2011 en los últimos ejercicios. Y no es la única que sube. Y es que la oposición ya ha acusado al Ejecutivo en más ocasiones de estar ejecutando los recargos de apremio sin piedad con el contribuyente, cuando la propia administración después eterniza los pagos a sus proveedores. El agua o los vados son otros conceptos en los que la ciudad ha ido incrementando sobre manera su capacidad recaudatoria en los últimos años bajo el Gobierno del PP.

Lo que para la oposición es un ejemplo de la mala gestión y de sangrar al ciudadano para el Gobierno es en cambio virtuosismo: se cobran cosas que antes no se cobraban y que había que cobrar y se mejora la capacidad operativa de la Administración.

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