La mirada de Sebastião Salgado llega donde no ha llegado la mano del hombre

Fueron necesarias 32 expediciones durante ocho años a los lugares más recónditos del planeta para crear esta secuencia de 38 imágenes que guardan para la eternidad al menos un recuerdo de los contados rincones de nuestro mundo a los que aún no ha llegado el progreso, o lo  que es lo mismo, la mano del hombre blanco. Un valioso y espectacular trabajo del maestro Sebastião Salgado, que tras una vida retratando a los seres humanos más vulnerables y las miserias del hambre, vuelve ahora su mirada hacia la belleza del Planeta Tierra.

Imágenes de un dramático blanco y negro y de gran formato que desde este 22 de marzo y hasta el próximo 27 de abril recorrerán el Paseo de la Marina en una exposición al aire libre de la mano de CaixaForum, dentro de su programa ‘Arte en la calle’. La muestra ofrece también visitas guiadas gratuitas y sin necesidad de reserva, a modo de captación in situ durante la semana y los sábados y domingos a las 12.30 y 17.30 horas.

Salgado era y es un icono vivo de la fotografía documental, un artista internacional con conciencia social, un maestro del blanco y negro más dramático y estremecedor, pero en 2002 decidió volver su mirada hacia la naturaleza. Un cambio filosófico -que ilustra el recomendable documental ‘La Sal de la Tierra’ en la que se narra su vuelta a su tierra natal, en un rancho de Minas Gerais-, que en lo estilístico pone al brasileño en la senda del maestro Ansel Adams, que sentó las bases de la fotografía de paisajes.

La lista de destinos recorridos en las 32 expediciones de Sebastião Salgado y su mujer Lélia Wanick, comisaria de la muestra, es una vuelta al mundo por los últimos rincones vírgenes, desde los confines del Sur en la Patagonia, la península de Valdés o las Galápagos, donde se inició el viaje, pasando por el continente africano, donde Salgado empezó su carrera, hasta llega a Madagascar, el delta del Okavango, Indonesia, los paisajes de Alaska, la península de Kamtchaka, el parque nacional del Kuane en el norte de Canadá, Siberia, la Amazonia o los pantanales de América del Sur… “un mundo extraordinario donde el impacto humano ha sido mínimo”, explican desde CaixaForum. Lugares de difícil acceso que están aún tal y como los vio el primer hombre blanco que logró llegar hasta ellos.



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