La inversión, de 300 millones de euros supondrá un ahorro de 30 millones anuales, por lo que se amortizará, según Delegación del Gobierno, en una década
En los hogares, en el día a día no se va a notar -quizás en el precio- pero Ceuta tendrá pronto una energía que no solo será limpia sino también segura, sin los constantes apagones que se ceban especialmente con los vecinos de la periferia. Las obras de interconexión eléctrica con la Península mediante cable submarino avanzan a tal velocidad que ya ha superado los tiempos previstos.
"Los plazos se están cumpliendo más que de sobra, nos encontramos en un momento en el que se supone que estábamos más atrasados, por lo que nos tenemos que felicitar", celebraba esta mañana Diego Martínez, director del Área de Fomento de la Delegación del Gobierno en Ceuta junto a la delegada, Cristina Pérez.
La climatología ha colaborado y el año que viene la explanada de Juan XXIII volverá a su ser. "El proyecto tira para adelante" y todo apunta a que -tal y como se había anunciado- a finales del año que viene el cable "estará en pleno funcionamiento" y Ceuta dejará de ser "una isla energética".
Se trata tal y como ha recordado Pérez, de "un proyecto relevante", "el más cuantioso de la historia de la ciudad". Son 300 millones de euros invertidos en algo que a priori "puede parecer abstracto" pero que "terminará con los apagones que se suelen producir en el extrarradio". Al menos, ha puntualizado Martínez, "con el 75%" de los mismos.
Es lo "más relevante", pero también "supondrá un ahorro de treinta millones de euros anuales, por lo que la obra se amortizará en diez años", ha especificado. También se notará en el bolsillo de los contribuyentes, puesto que las empresas suministradoras, al no tener un sobre coste, "sería lógico que abaratasen los precios".
No es la única ventaja que ha querido poner de relieve la delegada de Gobierno. "Nos estamos cargando el planeta entre todos y el cable supone un 85 por ciento menos de contaminación", ha explicado. En este sentido ha agradecido a la presidenta de Red Eléctrica, Beatriz Corredor, que tomase las riendas y se propusiera terminar con el aislamiento de la península caballa.
La tarea, han admitido tanto Pérez como Martínez, no ha sido fácil. Ha sido el director de Fomento "quien ha estado a pie de obra, a diario, siguiendo la obra", así como "todos y cada uno de los trámites" preceptivos. Lo que "ha sido largo y tedioso".
Las autorizaciones han sido parte fundamental, ya que se trata de "un proyecto delicado" en el que se ha "evitado por completo alterar la flora y fauna de los arrecifes"; "el medio marino tiene garantizado su bienestar". Con el mismo cuidado, a partir del verano que viene en julio vendrá el buque especial que irá tirando el cable.
