La cruz de chapas de acero de la rotonda de Santa Catalina ya tiene quien la sustituya. Es el punto final de la cruz diseñada por el que fuera hasta hace unos meses el arquitecto municipal, Javier Arnaiz. El monumento, casi invisible a fuerza de verlo, estaba seriamente deteriorado según los informes y la Ciudad decidió que era necesario destinar a su reposición un máximo de 85.000 euros. 

El diseño de chapas de acero y composición de perfiles laminados también de acero, no ha podido con el inclemente viento de levante que azota la zona, ni con el poder corrosivo del mar, junto al que se levanta la cruz a las puertas del cementerio de Santa Catalina, alertaba el informe.

El monumento es, hasta que la sustituyan, una cruz compuesta por secciones de chapas de acero que simulaban soldaduras en forma de cruz de perfiles de acero laminado “y cuya sección horizontal en el pié derecho de la cruz va reduciéndose desde su base hasta el punto de coronación de la misma para agudizar la sensación perspectivista de la altura real del monumento”. La base de hormigón armado es “algo tronco-piramidal” con la misma intención de engañar a la vista.

El coste será finalmente de 60.000 euros, 25.000 menos que el precio de salida de la licitación. La empresa ceutí A&B será finalmente la encargada de sustituir la maltrecha cruz, un trabajo al que se postularon 9 empresas, 8 de ellas pymes.