EXPEDIENTE ABIERTO

La Ciudad mantiene su intención de demoler la torre del Príncipe para restituir la legalidad urbanística

La Ciudad mantiene su intención de demoler la torre del Príncipe para restituir la legalidad urbanística
torre príncipe
Imagen de la torre del Príncipe levantada ilegalmente enfrente del Poblado Legionario.

El Gobierno de la Ciudad mantiene su intención de “devolver a la legalidad urbanística” el espacio ubicado enfrente del Poblado Legionario del Príncipe en el que a partir de 2015 y durante 3 años se erigió una torre de viviendas de siete plantas de altura. Hace casi un año y medio, la Consejería de Fomento apeló a un error formal consistente en que supuestamente “el número de parcela [con referencia catastral 8134058TE8783S0001AU] sobre la que se sitúa esta obra ilegal” había quedado “mal reseñado” en el expediente.

Fuentes del Ejecutivo local han explicado que “el asunto nunca quedó paralizado y en cuanto se detectó el error que obligó a dejar el primer expediente sobre la mesa se incoó otro que actualmente sigue su curso”. De hecho, la documentación reiniciada en marzo del año pasado está “pendiente de notificación” al promotor de las obras ilegales.

La Consejería revocó hace 10 meses la encomienda de demolición de la torre ilegal del Príncipe a Tragsa que había dictado varios meses antes aceptando como causa una “imposibilidad sobrevenida para su cumplimiento” y ordenó que se procediese “a reiniciar procedimiento de restablecimiento, restitución y/o restauración del orden jurídico-urbanístico infringido o vulnerado y de la realidad física alterada o transformada como consecuencia de la actuación ilegal” desarrollada en el número 4 de la Agrupación Norte de la barriada del Príncipe Alfonso.

La Policía Local denunció por primera vez hace ahora cuatro años y medio la ejecución de obras ilegales enfrente del Poblado Legionario. La Administración tramitó profusión de Decretos a cual más inútil, como demostró la evolución imparable y creciente del edificio, que durante los últimos meses del verano de 2018 vio cómo se acristalaba su ático.

El devenir histórico del edificio es la crónica de la impotencia de una Administración: en enero de 2016 el Gobierno decidió dar cuenta de los hechos a la Fiscalía, pero en marzo las obras seguían avanzado pese a las medidas cautelares ordenadas, incluso por el Juzgado de Instrucción número 1. “Ha sido precintada en varias ocasiones, rompiéndose el precinto en cuestión y retomando los trabajos en la zona”, alertaron los agentes. Hace tres agostos, el Juzgado decretó el sobreseimiento provisional de la causa.

En octubre de 2017, la Consejería mandó por enésima vez parar las obras “que ilegalmente se están ejecutando” y cifró el presupuesto de demolición, que nunca se ejecutó, en 36.464,85 euros. En paralelo, a la vista de la “situación de la situación de grave peligro para las personas generada por la referida obra no legalizable”, se ordenaron distintas medidas cautelares que se revelaron tan inútiles como las dictadas hasta entonces.

En marzo de 2018, el encargo de demolición a Tragsa en menos de seis meses había multiplicado por 8 el coste de la actuación subsidiaria, hasta 283.682 euros que supuestamente tendría que acabar pagando el responsable de la obra irregular al que se busca. La orden se basó en el auto 502/2017 del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 1 que autorizó a la Administración a entrar en el inmueble “de titular desconocido”.  

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