Los sindicatos de prisiones esperaban ilusionados la visita del secretario general de Instituciones Penitenciarias a Ceuta. Tanto es así que pactaron una “paz social” y se sujetaron las ganas de manifestarse frente a la Delegación de Gobierno durante la visita oficial. Esperaron a sentarse y dialogar con el máximo representante de IIPP. Pero nada. O casi nada. 

Ni la elevación a categoría 1.1, la máxima, como corresponde al tamaño de la prisión de Loma Mendizábal, ni una RPT con una dotación de funcionarios suficiente. Como mucho entre 35 y 50 funcionarios más pero en prácticas y ello para poder aumentar la cifra de internos hasta doblar los 233 actuales. “Eso sirve como mucho para complementar lo que tenemos ahora”, zanja Juan Iglesias, de CSIF, apuntando que ese seria el refuerzo ideal con la cifra actual de presos, nunca para duplicarla “Es solo un parche, una faena de aliño”, añade su compañero de sindicato Juan de la Cruz. “Si llegamos a saber esto nos habríamos manifestado”, ironiza Mohamed Haidor, de ACAIP-UGT

“Todas las expectativas se han visto defraudadas”, ha resumido Haidor. “El sentimiento en el seno de la plantilla es de total indignación”. La posibilidad de la incorporación de entre 35 y 50 funcionarios de prisiones en prácticas es insuficiente teniendo en cuenta el periodo de formación de trabajadores para los que es su primer contacto con población reclusa y el tiempo que aun pasará hasta que el proceso selectivo llegue a su fin. “Nuestra impresión es que ha venido sin los deberes hechos”, ha apreciado Haidor. “Traía solo una maleta vacía”, ha ilustrado De la Cruz. 

Tampoco confían en que todo pase por el Plan Estratégico, “parece el maná que viene a Ceuta”, ha ironizado el representante de ACAIP-UGT. Y todo para intentar sacar partido a “una macro-prisión para mil internos que no necesitábamos”, ha lamentado Rocío Toledo, de Comisiones Obreras, para quien todo esto es un error desde el principio. “En la cárcel de Los Rosales teníamos un 600 y nos dieron un Ferrari, pero sin gasolina y sin las llaves, y así no vamos a ningún lado”, ha resumido gráficamente Mohamed Haidor.