El Instituto Ceutí de Deportes (ICD) ha desistido de nuevo de la licitación del contrato para la prestación del servicio de monitores de natación y socorristas que, tras una primera intentona fallida, retomó en agosto pasado después de años de prestación sin contrato por parte de ‘Arasti Barca’. El organismo autónomo ha asumido, tras mil y una vicisitudes con este tema, que los Pliegos elaborados para dos piscinas, la del ‘Guillermo Molina’ y la del ‘Díaz-Flor’, no sirven de nada cuando la segunda permanece cerrada desde el último verano y no hay horizonte alguno para su reapertura.

El consejero de Deportes, Fernando Ramos, ha explicado a Ceutldia.com que desde la clausura de la piscina de Miramar el personal que estaba allí destinado de ‘Arasti Barca’ ha sido derivado al polideportivo de Recinto Sur para atender la “sobredemanda” de usuarios que ha recibido de forma simultánea.

La Administración autonómica, que hasta el año pasado acumuló cerca de 1,5 millones de euros en deudas con la prestataria del servicio previo reconocimiento extrajudicial de deudas, se verá obligada a mantener el servicio en condiciones de alegalidad. La primera intentona para regularizar la prestación tuvo que abortarse al no haber incluido a dos trabajadores en la lista de personal a subrogar que hicieron valer su derecho y vieron reconocidos sus argumentos.

Posteriormente, la segunda licitación se vio abocada a un recurso contractual ligado precisamente al incremento de los empleados a mantener sin aumento paralelo del presupuesto. Recientemente, la plantilla ha visto rechazada por el Juzgado su aspiración contra ‘Arasti Barca’ y el ICD para ver reconocida una cesión ilegal y conseguir “fijeza” laboral.