La prueba práctica de las oposiciones a la Policía Local, que tiene como fin “que el aspirante demuestre que tiene perfecto conocimiento del medio en el que va a desarrollar su trabajo” y que consiste en que a cada uno se le facilita un vehículo para, acompañado por uno o varios miembros del Tribunal Calificador, trasladarse a uno o varios sitios o lugares de la ciudad previamente indicados, solamente ha dejado fuera a dos de los 41 candidatos que superaron los test psicotécnicos.

Los 39 declarados aptos, entre ellos una sola mujer, pasarán ahora al tercer ejercicio, las pruebas físicas.

El cuarto es la prueba de conocimiento, que consistirá en desarrollar por escrito durante cuatro horas y media tres temas elegidos al azar.

Todos los que siguen en el proceso para ocupar alguna de las nueve plazas en disputa han superado primero un reconocimiento médico para “acreditar que no sufren ninguna enfermedad ni defecto físico, psíquico o sensorial que les impida ejercer normalmente las funciones de policía local”.

Después, en el primer ejercicio de la fase de oposición libre, tuvieron que hacer en menos de quince minutos un test de carácter eliminatorio “orientado a comprobar que las actitudes y rasgos de personalidad de los aspirantes son los más adecuados para la función policial a desempeñar”. Se evaluaron tanto “actitudes intelectuales”, es decir, “los factores de inteligencia general, razonamiento lógico, comprensión y fluidez verbal, aptitud numérica, aptitud verbal, aptitud espacial y aptitud mecánica, memoria y atención”; como “características de la personalidad”, esto es, madurez, estabilidad emocional, responsabilidad, autocontrol...