Hace ya casi dos años, el 11 de marzo de 2020, la empresa Garuba Obras y Servicios daba comienzo a los primeros trabajos de rehabilitación y reforma de la frontera de El Tarajal. Los trabajos arrancaban ya con problemas ante la negativa de Marruecos a colaborar para garantizar el tránsito de peatones y vehículos durante los trabajos. Problemas que se desvanecieron dos días mas tarde con el cierre de las fronteras ante la declaración de la pandemia de Covid-19.

Se suponía que el cierre fronterizo sería una ventaja para la realización de las obras de reforma, que podrían avanzar sin convivir con el trasiego de la frontera. Pero no fue así. Dos años después, poco ha cambiado en el Tarajal y los trabajos para la frontera inteligente siguen pendientes. 

El retraso se debe, ha explicado la delegada del Gobierno, Salvadora Mateos eludiendo mencionar los muchos problemas con las contratas adjudicatarias, a que la pandemia obligó a replantear el modelo de frontera que se quería. Ahora, por ejemplo, además de la renovación de los pasos peatonales, el vallado y las instalaciones y las oficinas de asilo, el Tarajal dispondrá también de un área de Sanidad Exterior especialmente pensada para el control sanitario post pandemia.

Así y todo, aunque la obra estuviera lista, la frontera seguiría cerrada, ha advertido Mateos. “En la situación en la que estamos no podemos abrir”, ha dejado claro la delegada del Gobierno en alusión ala evolución de la curva de contagios covid tanto en España como en Marruecos. En caso de abrirse, ha puntualizado, los trabajadores transfronterizos a uno y otro lado de la frontera tendrían prioridad para la Delegación de Gobierno.