Corría el mes de enero y todo parecía encarrilado por parte del Gobierno de la Ciudad para pasar la limpieza y la recogida de basura de manos privadas a manos públicas. Entonces la famosa municipalización se topó con lo que podría haber supuesto un problema, porque el Ejecutivo de Juan Vivas por boca del propio presidente había dejado claro una y otra vez que no daría el paso sin contar la bendición de la plantilla. Y para conseguirla prometió, el Gobierno casi en bloque, cumplir y respetar con el convenio colectivo. Con la mosca detrás de la oreja, los trabajadores de fin de semana alzaron su voz y convocaron una asamblea en sábado en las instalaciones de entonces Trace en Benzú. Una y otra vez, desde el Comité de Empresa se les tranquilizó, se les prometió que no se iba a quedar nadie atrás y que se respetarían sus derechos. Más o menos, en realidad, nada ha cambiado o sí.
“No se van a quedar atrás. Vamos a seguir luchando por ellos”, expresa ahora Agustín Miranda, el máximo responsable de UGT en el Comité de Empresa. ¿El problema? Que en apariencia esa lucha ya estaba ganada.
Este martes en una reunión mantenida entre la empresa púnica y el comité de empresa, según han trasladado desde el sindicato USO -que no tiene representación en la empresa- se habría manifestado por parte de la Ciudad su intención de no cubrir 7 vacantes por la vía del artículo 55 del Convenio Colectivo.
“Queremos expresar nuestro profundo malestar tras la reciente reunión de bolsa celebrada entre el Comité y la empresa, donde se abordaron diversos temas relacionados con el funcionamiento y la gestión del personal. En particular, nos preocupa el incumplimiento del convenio colectivo, específicamente en lo que respecta al artículo 55, que estipula derechos y condiciones laborales que consideramos fundamentales para nuestro bienestar y desempeño”, ha expresado el sindicato por boca de Francisco Ocaña.
Qué dice ese artículo, básicamente que en caso de existir vacantes, es s obligación de la empresa y derecho de los trabajadores de fin de semana, ascender a jornada completa a quienes han venido desempeñándose a media jornada y cubriendo sábados, domingos y festivos.
“Nos consta que tras la reunión mantenida el personal del comité ha salido descontento con la postura adoptada por la empresa de no querer cubrir algunas plazas que han cumplido el tiempo máximo que la ley ampara”, ha seguido Ocaña:
Que significa eso, que hay 7 vacantes desde hace más de 6 meses sin cubrir y esas vacantes tendrían que haberse cubierto ya ampliando la jornada al personal de fines de semana. No se ha hecho -“se tendrían que haber llevado acabo de hecho, antes de la subrogación”, aclara Ocaña- y parece por lo que traslada USO que no hay intención alguna de hacerlo.
Niegan la mayor desde CCOO y UGT. En ambos casos tanto los delegados, Javier Lirio como Agustín Miranda coinciden en hablar de que el Gobierno se habría dado “una semana” para “estudiar” y resolver las “dudas” sobre el “procedimiento”, el cómo hacer para cumplir con el artículo 55 y pasar a los trabajadores de fin de semana a jornada completa. Algo que en teoría, debería estar resuelto a tenor de lo prometido ya en el mes de enero, pero en realidad ahora al menos, nadie parece tener claro cómo hacerlo y por tanto cómo cumplir esa promesa.
Según USO de los 497 trabajadores que componen la plantilla de Servilimpce, 162 serían medias jornadas que se desempeñan en fin de semana y festivos. 1 de cada 3 aproximadamente.
Todos, según Miranda (UGT) van a ser ampliados a jornada completa en breve, al menos, hasta diciembre, para reforzar los servicios. Pero lo que no está claro es cómo proceder para integrar como trabajadores de una plantilla de empresa pública a estos trabajadores y cubrir plazas, 7 en este caso, que son vacantes, y a las que ya se les ha pasado el arroz (los 6 meses mencionados antes).
“Este incumplimiento no solo afecta nuestra motivación y rendimiento, sino que también impacta negativamente en la calidad del servicio que ofrecemos. Es fundamental que se respeten los acuerdos establecidos en el convenio, ya que estos garantizan condiciones laborales justas y equitativas para todos los empleados”, ha manifestado USO, sin negar ni confirmar que se esté planteando una huelga de brazos caídos y poniendo un ejemplo que apunta más a un predecible bajo rendimiento de los trabajadores de fin de semana faltos de motivación por su futuro.
“El consejero siempre nos dijo que se iba a respetar el convenio”, apunta Lirio desde CCOO para reiterar el compromiso del propio comité con los de fin de semana. Pero… “Si por promoción interna, libre acceso… No lo sabemos”, llega a deslizar el delegado de Comisiones -principal agente activador de la municipalización- que por circunstancias no llevó a nadie a la reunión del martes.
Agresión
En medio de esta situación se ha producido una agresión, también este pasado martes de un liberado sindical de Comisiones Obreras en otro sector público al representante del sindicato UNT en el Comité de Empresa de Servilimpice en la puerta de los sindicatos.
Según distintas versiones la situación no estaría relacionada con temas laborales y según otras versiones sí que tendría un nexo. La pareja del supuesto agresor sería trabajadora de la empresa pública de limpieza.
Discrepancias por cómo se está llevando a cabo la transpón podrían haber sido el detonante de la pelea, aunque el propio Lirio de CCOO niega que tuviera nada que ver los temas sindicales y los circunscribe a “una pelea en la calle entre dos personas”. “El chico le dice tú tal. ¿Yo qué? ¿Tú qué? Y se lían a golpes los dos”, es el relato que ha hecho. “No tiene nada que ver que sean uno de Comisiones y otro de UNT. Malentendido y poco más. No quiero que ocurra esto, las peleas están de más”, ha expresado Lirio.
Comisiones Obreras no han dudado en censurar la actitud de su compañero de siglas para solidarizarse con su compañero de trabajo en la limpieza y censurar la agresión que sí circunscriben a diferencias en la labor sindical. Algo que entienden “no debería nunca acabar en violencia. Las discrepancias se hablan”.
Todos más o menos vienen a coincidir en que no es la mejor imagen del sindicalismo que podían trasladar a la opinión pública.
