La Sirena de Punta Almina. Arquitectura civil del siglo XX. Patrimonio industrial de titularidad estatal. Estado de conservación, "malo". Uso actual, "ninguno". El retrato podría ajustarse a 2017 pero, en realidad, data de una nota de la Delegación del Gobierno fechada en 2008, hace casi una década.
Gobernaba el PSOE y el por aquel entonces delegado del Gobierno, José Fernández Chacón, se empeñó en rehabilitar el inmueble. Había dinero y el trabajo se encargó a Forja XXI. Se trataba de "recuperar el esplendor perdido en la década de los 70, aunque no se sabía muy bien para qué. En 2012, cuando se entregó la obra, se dijo: "En cuanto al uso no descartamos nada a priori teniendo en cuenta los tiempos que corren".
Un lustro después, del "esplendor" queda poco o nada y 'La Sirena', que luce un aspecto de abandono lamentable, ha vuelto a ser violentada por los vándalos pese a las medidas adoptadas para evitarlo, tapiado de todas sus ventanas incluido.
Nada se sabe de si alguna vez se le dará uso alguno o si, para hacerlo, habrá que volver a meterle billetes después de ponerle una nueva cubierta del edificio y una estructura portante, así como la rehabilitación de su fachada y la consolidación y la recuperación del paseo perimetral para, en su interior, habilitar tres espacios diferenciados: una sala de recepción; una sala polivalente para exposiciones y conferencias, y otra tercera de estudio y consulta.
En abril del año pasado, cuando se marcó casi 140 deberes, Vivas djo que se habían "intensificado los contactos" con el Ministerio de Defensa para "determinadas actuaciones puntuales" como disponer del "rehabilitado edificio de 'La Sirena' para actividades medioambientales".
Más de un siglo de historia
'La Sirena' se construyó en 1913 con cargo a los créditos que para Señales Marítimas figuraron con el objetivo de reforzar el sistema de aviso a los navegantes que constituía el Faro de Cerro Mosquero, que empezó a funcionar en 1855. Las frecuentes nieblas que se forman en el estrecho de Gibraltar suponían un peligro para las embarcaciones que se acercaban a la costa Ceutí, por lo que se decidió la construcción de esta sirena. Las peculiares señales acústicas que emitía, similar a los mugidos de un animal, le valieron el sobrenombre de 'La vaca'.
En 1957 fue entregada por la Jefatura de Obras Públicas a la Dirección Facultativa del Puerto. En 1975, se expuso la necesidad de la creación de un Museo del Mar en el que se recogiesen, guardasen y expusieran todos aquellos restos, materiales y objetos que recordasen la vida de una “ciudad marítima”. Dicho museo requería para ello la adaptación previa de algunas pequeñas obras, las cuales serían realizadas por el Ayuntamiento.
En 1976, según la carta del entonces ingeniero director del Puerto al Ingeniero Jefe de Costas y Puertos del Sur de España, no se exponían inconvenientes a la cesión de 'La Sirena' siempre que se adoptaran las medidas necesarias para aislar convenientemente la instalación acústica. Por aquel entonces, el edificio estaba prácticamente sin utilización en casi su totalidad, quedando únicamente un pequeño espacio afectado por los emisores instalados. El edificio fue abandonado en el año 1980, una vez que se instaló en el cercano faro un moderno sistema de sonido.