Durante el proceso de remodelación de acerados y la jardinería del Paseo Marítimo de Benítez, el reloj instalado en la zona, hubo de ser desmontado para su restauración almacenándose provisionalmente en el almacén municipal donde actualmente se encuentra depositado, previo paso por un descampado cercano en el que estuvo varias semanas. Pero el reloj/escultura necesitará un buen lavado de cara antes de volver a su ubicación original
Tras el análisis de su estado de conservación, el monumento, ejecutado en piedra artificial de color blanco armada con acero corrugado, se descubrieron zonas muy dañadas, con la estructura de acero al descubierto debido al proceso de corrosión que sufren al estar instado junto al mar. Un deterioro que hace necesaria una limpieza de las armaduras para poder reconstruirlo con mortero blanco de alta resistencia para recuperar la sección original en todos los puntos donde se hubiera perdido.
El diseño del reloj parte de una base de apoyo sobre el terreno con dos brazos que se sitúan en forma de semicírculos que se cruzan perpendicularmente y que marcan la orientación norte-sur, el de menor sección, y este oeste, el otro, lo que permite, mediante la sombra, marcar la hora solar.
Los trabajos de instalación requerirán además una estación topográfica para posicionar el reloj con la alineación exacta de los puntos cardinales.