ARQUEOLOGÍA FEMINISTA

Historia de la mujer invisible

Historia de la mujer invisible
Dama de Baza (siglo IV a. C.) Foto. Jacinta Lluch
Dama de Baza (siglo IV a. C.) Foto. Jacinta Lluch

En 1971 aparecía la que hoy conocemos como la Dama de Baza, una escultura íbera del siglo IV a. C. A todas luces la figura descubierta representaba una estatua femenina. Así lo creía su descubridor, el historiador y arqueólogo Francisco José Presedo, pero ante su lujoso ajuar y las armas y tesoros hallados en su tumba, la comunidad científica de la época decidió ignorar las evidencias y decretar que era un hombre, un guerrero íbero. Imposible que fuese una mujer enterrada en una tumba con innegables signos de poder y riqueza, por fuerza tenía que ser un hombre. Sin embargo, recientes estudios genéticos realizados con los restos cremados encontrados en el interior de la tumba revelaron que pertenecieron a una mujer. Y aun así no ha sido fácil asentar la idea de que en realidad era una mujer poderosa. No es un error aislado.

Lo mismo le sucedió a  ‘La guerrera de Birka, una mujer enterrada con los accesorios de un guerrero vikingo de élite en una tumba del siglo X en Suecia, encontrada en 1818 y que se dio por hecho que era un hombre. Era un guerrero, eso es cosa de hombres. Un error del que les sacó casi dos siglos después el estudio genético: era una mujer. Pero ni los estudios de ADN ni el siglo XXI bastaron para convencer del todo a una parte de la academia sueca, acusando a la investigación de hacer “política feminista” pese a las aplastantes evidencias científicas.

Durante siglos la mujer ha sido negada, minimizada o directamente invisibilizada en la Historia

Los ejemplos son incontables. La historia, nunca mejor dicho, se repite desde los orígenes de la arqueología. Durante siglos la mujer ha sido negada, minimizada o directamente invisibilizada. Así lo sostiene Margarita Sánchez Romero, profesora titular de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Granada (UGR) y miembro del Instituto Universitario de Investigación y Estudios sobre las Mujeres y de Género de la misma universidad. Sánchez ha sido la encargada de abrir las XXII Jornadas de Historia del Instituto de Estudios Ceutíes (IEC) ‘Historia y femenino’ con su ponencia ‘Cómo construimos los discursos históricos. Una reflexión sobre la Prehistoria y las Mujeres’.

“La Historia la escriben los hombres”, resume Margarita Sánchez. Sus intereses masculinos, sus inventos, su tecnología, sus personajes han sido el foco de atención, los ejes sobre los que se ha ido escribiendo la historia. “La Historia es un relato basado en hechos reales, pero en el que jerarquizamos unos aspectos y ocultamos otros”, apunta, “no vemos a las mujeres y los niños en el pasado”.

“Si una niña entra en un museo pensará que la mujer no ha tenido apenas participación en la historia”.

El heteropatriarcado es y ha sido el ‘leiv motiv’ de la novela de la historia tal y como nos la han contado. Por eso, cuando aparecieron en Italia los dos esqueletos cogidos de la mano, pese que los arqueólogos avisaron que no podían precisar el sexo de los restos, automáticamente se les bautizó como ’Los amantes de Verona’. Hoy, gracias al ADN  sabemos que eran dos hombres. ¿Pareja homosexual? ¿Familia? ¿Amigos? ¿Soldados? ¿Casualidad? “Cuando no teníamos datos solo podía haber una explicación, la coherente con el relato, ahora que los tenemos son muchas las preguntas”.

Una miopía histórica que solo puede enderezarse con una mirada femenina, con una “arqueología feminista”, defiende esta profesora de prehistoria de la UGR. “En la historia no hay mujeres y las que hay están estereotipadas”. Una prueba palpable está en los museos. O mejor dicho: no está. En las representaciones de figuras humanas de la prehistoria solo (o mayoritariamente) aparecen hombres, generalmente en actitudes activas, cazando, pescando, trabajando; la mujer si aparece lo hace forma pasiva, mostrándose o como mucho amamantando. Y cita datos: En las representaciones humanas del Museo Arqueológico Nacional solo un 25 por ciento corresponden a mujeres; en el de Almeria un 33, en Bilbao un 20 por ciento, en el Museo Arqueológico de Oviedo un 12 por ciento. “Todos son museos abiertos o renovamos en los últimos años”, apunta. “Si una niña entra en un museo pensará que la mujer no ha tenido apenas participación en la historia”.

“¿Por qué es menos importante cómo se cocina que cómo se fabrica una flecha?”, se pregunta la profesora de prehistoria de la UG que ha abierto las XXII Jornadas de Historia del IEC.

Margarita Sánchez apuesta por “transformar la disciplina”, llevar al centro de la escena científica aspectos de la historia en los que la mujer tiene un papel crucial y que han sido obviados o despreciados por la arqueología y que tienen tanta importancia o más que otros a los que le hemos dado el protagonismo: las armas, los signos de estatus, el poder. "La historia parece que es guerra, tratado guerra, tratado, reinado, guerra…”, compara Sánchez, que reivindica el papel de las actividades de mantenimiento, de adecuación de la vivienda, los cuidados, la alimentación, las actividades de socialización y aprendizaje, asociadas a la mujer, y que tienen un papel vital en la evolución humana: “Actividades transversales a todas las sociedades a lo largo de la historia”. “¿Por qué es menos importante cómo se cocina que cómo se fabrica una flecha?”, se pregunta la profesora de prehistoria de la UGR, que ha abierto las XXII Jornadas de Historia del IEC.

Una mirada masculina a la arqueología que ha hecho que se pasen por alto cuestiones vitales (nunca mejor dicho) como el parto o la lactancia. “No vemos partos en la Prehistoria”, señala. “Compañeras han puesto sobre la mesa que quizá estemos pasando por alto los fetos (en las excavaciones), confundiendo los huesecillos con fauna”, explica, apuntando que este tipo de hallazgos relacionados con abortos o muertes durante el parto no eran comunes hasta ahora pero se han descubierto varios en pocos años. Y estadísticamente no es posible que no se hayan encontrado hasta ahora, lo único que ha cambiado es la mirada.

Para intentar abrir esa mirada, un grupo de arqueólogas e historiadoras han puesto su trabajo en común para visibilizar a la mujer en la Historia con su proyecto pastwomen.net, en el que muestran la historia con todos los personajes que la han hecho posible, no solo con los hombres.

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