ESTE VIERNES

Blanca Marsillach, el teatro como medicina

Blanca Marsillach, el teatro como medicina
Compañía de Blanca Marsillach
Compañía de Blanca Marsillach

Este próximo viernes, en el salón de actos del Palacio Autonómico, diez ceutíes, usuarios del Centro del Mayor, subirán al escenario por vez  primera en sus largas vidas. Será su debut  tras solo cinco días de ensayo y nada menos que con los versos del Siglo de Oro como texto.  Un milagro teatral que la Compañía de Blanca Marsillach viene haciendo allá por donde va, de la mano de la Obra Social La Caixa, con el espectáculo “Entre Versos y Marsillach” y que ahora llega a Ceuta.

El teatro le salvó la vida en su adolescencia y desde entonces tiene claro que está en deuda y siempre lo estará, por eso decidió dedicar su vida y su carrera al teatro social, al teatro como medicina. “El teatro como tabla de salvación”, confiesa Blanca Marsillach al otro lado de la línea, en víspera de cruzar el Estrecho para actuar en Ceuta por primera vez.

“Estoy emocionada”, asegura. Y no suena impostado. Una gran actriz, replica el malpensado que lleva dentro todo periodista La pasión con la que explica el proyecto que le trae a esta orilla de España invita a pensar que también es absolutamente sincera con su ‘debut’ en la ciudad autónoma y además con un proyecto muy especial. Una demostración en vivo de que el teatro puede ser también una herramienta para cambiar el mundo, aunque sea poco a poco, escena a escena, haciendo teatro aquellas palabras de su padre, Adolfo Marsillach: “No soy tan ingenuo como para pensar que el teatro puede cambiar la sociedad, pero estoy seguro que ayuda a despertarla”

El nombre del director, actor y escritor Adolfo Marsillach se escribe con las mismas mayúsculas que Historia. Fundó el Centro Dramático Nacional en 1978 y menos de una década después creó y dirigió la Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC) para devolver la dignidad al repertorio clásico español. Un proyecto en el que hace dos décadas Marsillach concibió el espectáculo ‘Una noche con las clásicos’ en el que desgranaba los versos del Siglo de Oro en escena junto a María Jesús Valdés y Amparo Rivelles.  Mucho tiempo después, ya fallecido su padre, Blanca Marsillach quiso recuperar este montaje con un espectáculo,  ‘Entre versos y Marsillach’, en el que la actriz interpretaba esos mismos poemas en un emocionado dueto acompañaba de su padre desde una pantalla.

Blanca Marsillach

Es este homenaje a su padre el que Marsillach ha convertido en una terapia mágica, reclutando por toda España a personas mayores dispuestos a subir al escenario por primera vez en sus vidas a recitar, ahí es nada, versos de los siglos XIV a XVIII. Diez actores noveles en estas lides pero veteranos en la vida que, explica Blanca Marsillach, ensayarán durante cuatro días para memorizar el texto y salir a escena de la mano de la compañía de Blanca Marsillach y el mecenazgo del programa de envejecimiento activo de la Obra Social de La Caixa.

"Es un milagro”, se sigue sorprendiendo la actriz metida ahora a productora, subrayando que “un actor profesional necesitaría una semana para hacer suyo el texto”. Y no es un texto cualquiera, sino versos de Santa Teresa o Lope de Vega, con la dificultad que entraña no caer en el ripio, explica Marsillach. Pero no solo se enfrentan al público y a las mieles del éxito. El viaje teatral es completo: ensayos, pase para los reporteros gráficos y rueda de prensa. Toda una experiencia. “Los aplausos les insuflan energía, se sienten como Mick Jagger en el escenario, se vienen arriba”, explica Blanca Marsillach, “creo que les quitamos alguna pastilla”.

Teatro social

Algunas actrices -hablamos de Hollywood- tienen su fundación para ayudar a los necesitados. Blanca Marsillach decidió montar una compañía de teatro junto a Elise Varela para ayudar a los demás: mujeres víctimas de violencia de género, el acoso escolar, programas de integración, con discapacitados, y ahora también, en este caso de la mano de Iberdola,  por la sostenibilidad, con el espectáculo ‘Un mundo limpio’. Marsillach y Varela, explica la primera, montaron su compañía de Teatro Social para reivindicar los “valores morales del teatro”, los mismos que reivindicó toda su vida y toda su carrera su padre, y acercar las artes escénicas a los colectivos más vulnerables, por su bien y por el del teatro. Y de paso romper la cuarta pared, explica Blanca Marsillach, “que el público suba al escenario”.

Blanca Marsillach, el teatro como medicina


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