MUSEO ARQUEOLÓGICO NACIONAL

El brocal de un pozo hallado en 1924 en Ceuta que puede ser la pista de los restos de una gran mezquita

El brocal de un pozo hallado en 1924 en Ceuta que puede ser la pista de los restos de una gran mezquita
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María Ángeles Castellano, Conservadora Jefe del Departamento de Antigüedades Griegas y Romanas del Museo Arqueológico Nacional, ha querido mostrar un pequeño tesoro de los muchos que se guardan en los almacenes del museo nacional: una pieza hallada en pleno centro de Ceuta en 1924 que podría dar pistas sobre la ubicación de una gran mezquita.

En 1924 llegó al Museo Arqueológico Nacional (MAN) una donación del militar e historiador Mariano Ferrer. Se trataba del brocal de un pozo del siglo XIII, de gran belleza y muy bien conservado, tallado en estampilla en alto relieve con motivos vegetales y arquitectónicos y rastros de esmalte verde. Lo había encontrado un vecino de Ceuta, Manuel Delgado, presidente entonces de la Cámara de Comercio, en las obras de su vivienda en la calle Riego, hoy calle Millán Astray, en pleno corazón de la ciudad autónoma.

La pieza estuvo expuesta hasta los años 70 en el Museo Arqueológico Nacional. Desde entonces dormía a buen recaudo en sus almacenes. Una más del millón y medio de piezas arqueológicas que se guardan el corazón de la arqueología de España. Un plácido sueño que ha durado hasta hoy, que María Ángeles Castellano, Conservadora Jefe del Departamento de Antigüedades Griegas y Romanas del Museo Nacional la ha rescatado del olvido con motivo de su conferencia en Ceuta sobre la Reforma del Museo Arqueológico Nacional. “Para cada conferencia que hago en una ciudad me documento sobre lo que guardamos de cada lugar y así lo he hecho también en Ceuta”, explicaba a Ceuta al Día al término de su ponencia en la Biblioteca Pública de Ceuta ‘Adolfo Suárez’. En este caso, Castellano se ha traído a Ceuta “un brocal de pozo o aljibe de cuerpo octogonal y base circular, realizado en barro rojizo tamizado de color amarillo anaranjado que conserva restos vidriados de un esmalte verde primitivo, mide sesenta y cinco centímetros de altura, por treinta y dos de diámetro, la decoración presenta motivos vegetales y arquitectónicos de arquerías y está relizada mediante estampillado en alto relieve, cronológicamente podemos situarla en el siglo trece, teniendo en cuenta de que forma y decoración permanecen a lo largo de más tiempo”.

Castellano ha traído consigo además el expediente del Museo Arqueológico Nacional (Expediente 39/1924) en el que se detalla el hallazgo de las ruinas de un gran edificio árabe, en el que aun se podría ver un patio con mosaicos, un pozo con brocal y restos de columnas que probablemente eran el sostén de unas galerías.

Junto a la “sorpresa” de esta pieza, Castellano ha traído consigo además el expediente del Museo Arqueológico Nacional (Expediente 39/1924) en el que se detalla el hallazgo de las ruinas de un gran edificio árabe, en el que aun se podría ver un patio con mosaicos, un pozo con brocal y restos de columnas que probablemente eran el sostén de unas galerías. Una configuración que invita a pensar en, probablemente, “una gran mezquita”, apuntaba el expediente, quizá tratando de inflar el hallazgo. “El brocal del pozo es precioso pero pequeño”, matiza Ángeles Castellano, que explica que la pieza tiene apenas 65x32 cm lo que no se puede hablar de un pozo muy grande. “Puede ser una gran mezquita, una mezquita pequeña o un oratorio particular o simplemente una casa (…) Invito a que se estudie la posibilidad”, dejaba caer la experta al término de su conferencia, mirando a Fernando Villada, arqueólogo de la Ciudad y decano de la sección de Historia del Instituto de Estudios Ceutíes, promotor del ciclo de conferencias, que ha querido agradecer a Castellanos la deferencia de traer consigo el expediente para poder estudiarlo en Ceuta. "Ha tenido la deferencia d traernos el expediente y además fotografías del momento en el que esa pieza estuvo expuesta y todo eso está ya en Ceuta porque s esa preocupado de recopilarlo y traerlo a Ceuta

El brocal del pozo medieval es, además de un tesoro, una pista a rastrear para seguir dando forma a la Ceuta medieval, de la que puede verse aún un pedacito en el yacimiento de Huerta Rufino en el interior de la Biblioteca, a solo unos metros de donde este martes Ángeles Castellanos mostraba la pieza, uno de los tesoros arqueológicos de Ceuta que guarda el museo Arqueológico Nacional.

El brocal de un pozo hallado en 1924 en Ceuta que puede ser la pista de los restos de una gran mezquita


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