No es la lluvia el mejor amigo de los vecinos de Ceuta, pero quien se resiste a chocolate y villancicos. El programa navideño de la Ciudad volvió a sacar a la calle a los ceutíes que degustaron un chocolate en la Plaza Nelson Mandela antes de entrar al Teatro del Revellín para escuchar la música de la zambombada.

Llovía de justicia cuando el servicio comenzó a preparar las dulces y calientes bebidas. En un principio la media de edad era alta y así permaneció, a pesar de la llegada con el paso de los minutos de algunos niños, demostrando que los mayores son los más dulces.

También aseguró serlo Pilar Orozco, que llegó bien abrigada y con unos relucientes pantalones palazzo en tonos fucsia y no dudó en agarrar una taza de chocolate: "Soy bastante golosa, no creas que hace tanto que no me tomo un chocalotito", dijo risueña.

También celebró que, a pesar de las circunstancias meteorológicas de los últimos días, los caballas estén saliendo a la calle a participar en el amplio programa festivo de su Consejería.

Tras una hora fuera, muchos pasaron a dentro del Revellín, donde se reprogramó la zambombada, que inicialmente tenía previsto desarrollarse en el exterior. El problema es que a los que más tarde llegaron a recoger el dulce vaso gratuito, para cuando hubo que adentrarse en las tripas del teatro, aún no se les había templado la bebida: "Puede sentarse aquí en la entrada a tomárselo y luego ya entra", le decían a una señora los operarios de seguridad.

La veterana apasionada de la navidad se levantó de los cómodos asientos, corte trono, de la entrada del Auditorio y entró a disfrutar de la música. Sobre las tablas comparecieron los grupos Mangüera (Huelva), Lubrican (Hinojo), Somos del Sur, (Almonte y Córdoba y Sevilla) y Cintia (Sanlúcar de Barrameda), dejando alto el pabellón andaluz para acabar de calentar el alma de la ciudad.