Desde 2015, la Ceuta International Symphony Orchestra (CISO) se ha revelado como un potente imán para el talento, atrayendo hasta este pequeño rincón en la puerta del Mediterráneo a decenas de jóvenes músicos llegados de 15 países. Músicos, repletos de talento y ganas de crecer, capaces, como el año pasado demostraron dos chicas polacas al recorrer Europa en coche y llegar a Ceuta a salvo de la Covid; o el entusiasmo de un joven músico colombiano, que estudiaba en China y no dudó en coger tres vuelos internacionales para plantarse en la ciudad autónoma pese a la pandemia. “Eso es que algo estamos haciendo bien”, destaca su alma mater, el pianista ceutí Eduardo Hernández. 

Este año no es diferente. Un año más, la CISO vuelve reunir en Ceuta a jóvenes talentosos, dispuestos a demostrar que pueden crear alta cultura en su máxima expresión pese a sus diferencias y pese a llegar desde rincones dispares del globo terráqueo. Y es que su nombre, en inglés, “no es un capricho”,  matiza Hernández, es, explica, parte intrínseca de su espíritu desde el mismo momento de su concepción: “Es parte del futuro de esta ciudad, mirar hacia fuera, en el buen sentido, alcanzar una dimensión internacional”. Y a fe que lo han conseguido. “Las audiciones online llegan a mucha gente, hemos hecho audiciones a gente de países que no sabía que existían”, ironiza Hernández, quien se ha encargado, junto a Edmund Leon, directo musical,  de seleccionar los músicos y diseñar el programa que se podrá escuchar el 1 de septiembre, en el Teatro Auditorio del Revellín. 

“La CISO no es una orquesta o un concierto, es algo más”, sostiene su impulsor, “nació para demostrar que todos los valores que atesoramos los ceutíes somos capaces de llevarlos al más alto nivel”. Gente diferente, de culturas y razas diferentes con un idioma común: la música. La CISO logra unir a personas heterogéneas para regalar los ceutíes algo poco usual en estas latitudes: Alta Cultura. Pero sin renunciar a tener su impacto económico. “Todos los proveedores son locales, queremos que el beneficio revierta en Ceuta”, explica, recordando que la cultura, —sí, la cultura— supone un 8% del PIB.

“La CISO es un proyecto único en España”, resalta Hernández. Orquesta jóvenes hay muchas en Europa, varias de ellas en España. Pero un proyecto, con músicos jóvenes de talla internacional no lo hay. Sólo la CISO.  Y Ceuta puede disfrutarla. La gran cita será el 1 de agosto, en el Teatro Auditorio del Revellín. Pero hay más. La primera ha sido ya, este miércoles 25 en la quinta planta del Hotel Puerta de África. La dosis de talento corría en esta ocasión de cuenta de una ceutí, la flautista Tamara Jiménez Regén, una fija en la CISO aunque en esta ocasión las limitaciones impuestas por la Consejería de Sanidad han dejado fuera a la sesión de viento. La CISO no tendrá flautas, ni trombones, ni trompetas o clarinetes, ni oboe, ni fagot, ni contragafot. Tamara Jiménez, al menos, sí ha tenido su merecida cuota de protagonismo, presentando en sociedad su trabajo de investigación sobre el travesero barroco. Un concierto comentado, explicado por este talentosa ceutí i que es parte indispensable de la CISO. 

Si se lo ha perdido o se ha quedado con ganas, este jueves es el turno de otra de las músicas indispensables de la CISO, la primer violín y miembro del equipo técnico, Lourdes Hierro, que actuará este jueves 26 desde las 20.30h con la CISO Quartet interpretando piezas de Haydn y Tartetti. 

También habrá espacio para la divulgación con la conferencia de la investigadora y docente Consúelo Pérez sobre el significado y alcance de los instrumentos de cuerda en la tradición compositiva de Occidente.  Será el 31 de agosto, a las 20.30 horas en la Biblioteca Pública de Ceuta, como aperitivo al plato fuerte, el concierto al día siguiente, en vísperas del Día de Ceuta, de la Ceuta International Symphony Orchestra.