EXPOSICIÓN

La Dama de Ceuta cumple el sueño de Ángel Ruiz Lillo casi 60 años después y está ya en su tierra

La Dama de Ceuta cumple el sueño de Ángel Ruiz Lillo casi 60 años después y está ya en su tierra
La Dama de Ceuta, de Ángel Ruíz Lillo, en el Museo de las Murallas Reales-2
La Dama de Ceuta, de Ángel Ruíz Lillo, en el Museo de las Murallas Reales.
La escultura, que ha estado desde 1965 en Minneapolis, se expone al fin en Ceuta cumpliendo el deseo del escultor y es la estrella de una exposición que muestra una selección de la colección de Bellas Artes del Servicio de Museos de la Ciudad Autónoma

La Dama de Ceuta está al fin en su casa, donde su autor, el escultor ceutí Ángel Ruiz Lillo (1930-1989) siempre quiso que estuviera. La escultura, una mujer sentada, recogida sobre si misma en una postura reflexiva, es una evocación de la ciudad natal de su autor, que desarrolló su carrera en Minneápolis (Minnesota) pero que no pudo ver cumplido su deseo de que fuera trasladada a su tierra. 

Tras muchos esfuerzos, el sueño del escultor se hizo realidad en marzo de 2021 con el regreso de la escultura y desde hoy está al alcance de sus compatriotas en el Museo de las Murallas Reales. Allí preside la muestra que recoge parte de la colección de Bellas Artes que puede disfrutarse desde este jueves y que permanecerá abierta hasta junio de 2023.

“Se inspiró en la Mujer Muerta para hacer una obra llena de vida. La Dama de Ceuta es un nexo de unión entre el pasado, el presente y el futuro de la ciudad”, ha reflexionado el sobrino del artista, Jacinto Ángel Leon, quien fuera concejal del Ayuntamiento de la ciudad autónoma. “Esta bella y reflexiva mujer está destinada convertirse en el símbolo de Ceuta. Ese era el objetivo de Ángel, que no pudo ver cumplido por su prematura muerte”.

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La Dama de Ceuta, de Ángel Ruíz Lillo, en el Museo de las Murallas Reales.

Pero el regreso de la Dama de Ceuta no ha sido sencillo. Casi seis décadas han sido necesarias desde que Ruíz Lillo terminara la escultura en 1965 y más de 30 años desde que muriera su autor. Su volumen, de un tamaño realista, y su peso y fragilidad al estar hecha en terracota, dificultaban su traslado. Pero la tenacidad de la directora del Servicio de Museos, Ana Lería, y el empeño de intelectuales y artistas como José Manuel Pérez Rivera, Manuel y Pepe Abad, Juan Díaz Fernández, Germán Borrachero o Antonio Fuentes y la implicación de la Consejería de Educación y Cultura, que se hizo cargo del coste del traslado transoceánico, hicieron posible el sueño del artista.

Un periplo que ha recordado Jacinto Ángel Leon. “Desde que terminó la obra en 1965, Ángel soñó cada día con que su obra más emblemática viajara a la ciudad que la inspiró. Su intención fue siempre donar esta escultura a la ciudad, por dos motivos, el primero como agradecimiento por la beca que le concedió el Ayuntamiento de Ceuta y que le permitió estudiar la carrera de Bellas Artes en Sevilla y, segundo, porque quería dejar huella de su trabajo en Ceuta, la ciudad que tanto quiso como buen caballa que era”.

“La espera ha sido larga, 32 años desde que murió Ángel y 57 desde que terminara la obra ara encontrar en la ciudad el compromiso que ha faltado en este tiempo. El traslado ha sido posible gracias Mabel Deu, Carlos Rontomé, Teresa Troya, Ana Lería y por supuesto a Ivan Whillock, discípulo de mi tío Ángel, que durante estos años ha custodiado desinteresadamente la obra y enseguida la ha puesto a disposición de la ciudad junto a un Cristo doliente y más de doscientos dibujos”, ha agradecido León.

Ángel Ruiz Lillo es uno de los estandartes del arte contemporáneo ceutí y una referencia en Estados Unidos. Su obra está considerada parte del patrimonio artístico del estado de Minnesota y se expone de forma permanente en el Instituto de Artes de Minneapolis, el resto está repartida en colecciones privadas por todo el mundo. “Artistas como Michael Jackson estaban entre su larga lista de clientes”, apunta su sobrino. 

La Dama de Ceuta, de Ángel Ruíz Lillo, en el Museo de las Murallas Reales-1
La Dama de Ceuta, de Ángel Ruíz Lillo, en el Museo de las Murallas Reales.

La Dama de Ceuta está ya en su tierra, el sueño por fin se ha cumplido, “pero no es el final del camino”. “Se abre una gran oportunidad para que los ceutíes descubran la obra de un brillante escultor y que conozcan su compromiso y solidaridad más allá del arte”, ha valorado el sobrino del artista, recordando que Ángel Ruiz Lillo dejó escrito que se vendieran sus obras para crear el Fondo Becario de Amistad que lleva su nombre. Gracias a ese fondo, gestionado por la Universidad de Minneapolis, cada año un joven español estudia en EEUU y un estadounidense hace lo propio en España, haciendo posible que otros artistas cumplan su sueño al igual que él pudo cumplir el suyo de dedicarse al arte abriéndose paso en la sociedad americana de los años 50 gracias una beca del Ayuntamiento de Ceuta. “Así era Ángel Ruiz Lillo, el hombre que siempre llevó a Ceuta y a su dama en el corazón”.

La Dama de Ceuta cumple el sueño de Ángel Ruiz Lillo casi 60 años después y está ya en su tierra


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