Diana Vreeland (París, 1903- Nueva York, 1989) y Carme Elías (Barcelona, 1951) tenían poco en común. Diana fue el oráculo de la moda en el Nueva York de los años 50, editora de Haarper’s Bazaar o Vogue y Carme es una actriz catalana, curtida en teatro y televisión; la Vreeland era fuerte, poderosa y segura de sí misma, Elías se confiesa una mujer frágil y más bien tímida; Diana Vreeland está en el paro, recién despedida de Vogue, y busca como reinventarse, Carme se reinventa en cada papel y atesora una larga carrera en los escenarios y la pantalla, con un Goya a la mejor actriz en 2008 por ‘Camino’ o su reciente ‘Purgatorio’ junto a Viggo Mortensen.

Pero un día, Diana y Carme, dos mujeres muy diferentes, de épocas diferentes y caracteres dispares, se encontraron en un escenario y descubrieron que, misteriosamente, estaban hechas la una para la otra. “Cuando leí la función no tenía tiempo para hacerla, estaba entre varios proyectos y no podía estudiarme un monólogo, memorizarlo y estrenarlo, pero sin embargo el personaje me cautivó, había algo en mi vida que se estaba moviendo y que tenía que ver con lo que le estaba pasando a Diana, salvando las distancias de ciudades, época y edad incluso”, recuerda Carme Elías.

Nacía así ‘Al galop’, la adaptación de un brillante y corrosivo texto de Mark Hampton y Mary Louise Wilson sobre la vida de la excéntrica y poderosa periodista de moda. Estrenada en catalán, en el pequeño Teatre Akadèmi de Barcelona para saltar después al Teatro Español, también en su sala más pequeña. Y es que este montaje, íntimo y singular, que reproduce la alcoba de Vreeland como si de una suite del Waldorf Astoria se tratase, se siente más cómodo en pequeñas salas de teatro, donde el contacto con el público es más sencillo “Donde parece que Diana tiene invitados en casa”, explica Carme Elías, quien, de paso, confiesa su susto al ver la inmensidad del Teatro Auditorio del Revellín, “acostumbrada a teatros pequeñitos”.

Carme Elías volverá a meterse en la piel de Diana Vreeland este viernes, 23 de septiembre, desde las 21.30 horas, en el Teatro Auditorio del Revellín. Una noche más, Elías asumirá el reto de llenar ella sola el escenario en un singular monólogo de hora y media. Un monólogo lleno de diálogos, anécdotas y viajes en el tiempo con el que Diana Vreeland, explica la actriz que le da vida, “recorre el siglo XX a través de la moda, es una mujer fascinante”

Un monólogo que supone al mismo tiempo un reto y un placer. “Al principio sufría bastante”, admite Carme, “Diana se mueve mucho, va para adelante, para atrás, está todo el rato jugando con el escenario, con el tiempo, con el lugar, con el espacio y tu imaginación vuela con ella pero como actriz seguir ese ritmo requiere una enorme concentración, y si te despistas, porque alguien hace un gesto, puedes saltarte un pedazo del texto. Eso es lo más difícil para mí, pero al mismo tiempo puedes relacionarte con el público, hay algo de amistoso, como de cercanía, que me relaja en lugar de tensarme”.

Un diálogo con el público que será más complicado de encontrar en un gran escenario como el del Revellín. “A veces, como hoy, sé que pasaré un mal rato hasta que no vea cómo funciona el público en ese auditorio tan grande, pero la vida es un poco esto, gozo y disfrute”, se consuela la actriz en vísperas de su función en Ceuta.

‘Al Galope’, dirigida por el italiano italiano Guido Torlonia, es más que un biopic al uso. Disecciona al personaje, singular y única, pero también a su época “Era una mujer con una creatividad tremenda, con una energía y un carácter espectacular en todos los sentidos, era bastante ogro por lo visto, pero al mismo tiempo con un talento y una sensibilidad únicas, fue una pionera de la moda tal y como la conocemos hoy”, apunta Carme Elías, “ella es fascinante, pero lo que me gusta es que viajamos por el siglo XX a través de la mundo de la moda, con ella contándonos su vida desde el salón de su casa”.

Y es que ‘Al Galope’ recorre los cambios del siglo XX a través de los ojos de una mujer única que cambió el mundo de la moda y el modelo de negocio, pero también logró cambiar el modelo de mujer ideal a su imagen y semejanza: poderosa y, segura de sí misma.