Miradas acaba de abrir en Ceuta una nueva ventana al mundo exterior. La entidad que agrupa a los fotógrafos más insignes de nuestra salada tierra ha inaugurado este penúltimo jueves del vigente período estival una muestra cuya sola singularidad hará las delicias de los más devotos del vasto mundo de las cámaras réflex.

La exhibición en cuestión ha encontrado acomodo en la sala de usos múltiples de la Biblioteca Pública Adolfo Suárez. Las imágenes allí expuestas -treinta y tres en total- llevan la firma de un grupo de once féminas de origen jerezano adscritas a la denominada 'Asociación Fotográfica San Dionisio' (también jerezana).

La expo nace con la pretensión de rendir homenaje a Amalia López, consagrada a finales del siglo XIX como "la primera mujer española en ganarse la vida como fotógrafa". La obra, de hecho, lleva por nombre 'De nosotras, para Amalia'. La de este 2023 es su primera edición. La aceptación de la misma hará las veces de juez y verdugo al momento de dirimir si hay una segunda parte.

Dentro de ese grupo de once "nosotras", hay una que destaca sobremanera; no por su técnica (que también), sino, sobre todo, por su prematura edad: nueve años, ni más ni menos. Su aportación a la causa la constituyen tres magníficas instantáneas que bien valen, como mínimo, un sincero reconocimiento.

Según explicaba la presidenta de Miradas, "no hay una temática definida". Las firmantes han hecho una especie de totum revolutum. Por haber, hay fotos de todos los colores (nunca mejor dicho). Como en toda muestra que se precie, la mayoría de las láminas que componen la que hoy nos ocupa encuentran en el juego de luces no solo un denominador común, sino buena parte de su razón de ser.

La perspectiva, el segundo gran aliado del fotógrafo, también desempeña un papel casi protagonista. Las imágenes están tomadas desde todos los ángulos posibles: planos generales, planos medios, americanos, contrapicados, detalles... Porque sí, todo tiene cabida cuando hablamos de plasmar la realidad; nada se desecha. Lamentablemente, los reflejos de la sala hacen que las capturas que estás viendo no luzcan de la mejor manera, obstáculo del todo insalvable salvo que decidas pasarte por el lugar personalmente.

A diferencia de lo visto en exhibiciones anteriores, el retrato cobra esta vez especial relevancia. La presencia de hasta ocho de ellos confieren a esta demostración la mayor proporción de entre todas las registradas a lo largo de los últimos meses: uno por cada cuatro.

Si eres un enamorado de la fotografía, la visita es obligada. Si, simplemente, te pica la curiosidad, también. Sean cuales sean tus circunstancias, te recomendamos encarecidamente que te dejes caer por la Biblioteca para darle a tus ojos el gustazo de contemplar con detenimiento cada uno de los cuadros que Miradas ha tenido a bien exponer para nuestro deleite. Que no se te pase: tienes hasta el 5 de octubre.