PRUEBA

La inteligencia artificial de moda no tiene ni puta idea de Ceuta, como la mayoría de la humanidad

La inteligencia artificial de moda no tiene ni puta idea de Ceuta, como la mayoría de la humanidad
hidroavion incendio ceuta sep22
Es un hidroavión sobre Ceuta, pero podría ser uno de los vuelos que salen del Aeropuerto Internacional de Ceuta./archivo

El humano recomienda llegar al final del texto antes de despotricar del titular


No pasa nada si llegaste entre tarde y muy tarde al WhatsApp y en el año 2011 seguías enviando SMS y pagando por ellos. Esto nos ha pasado a todos con alguna cosa de la era de Internet alguna vez. Te subes al carro cuando se te enciende la luz o alguien le da al interruptor y como todo está pensado para tontos, gracias a que esa es una de las máximas que nos legó Steve Jobs, ya te dedicas a pasear por la pradera como si fueras un nativo o la pradera fuera tuya. Piensa que en algún lugar del planeta tierra aún hay alguien con una BlackBerry en la mano tecleando como si tuviera una Olivetti de toda la vida. Chat GPT. Esas dos palabras que jamás podría haber imaginado Cervantes son en este final de 2022 la Rosalía de hace unos años. Tanto que la Fundeu ha denominado como palabra del año: inteligencia artificial ¿Qué dices, cuñao! No pasa nada, reinicia tu teléfono que, mientras, vamos a contarte alguna cosa. Chat GPT es un programa de inteligencia artificial que está en el centro de las conversaciones ‘tekkies’ y no tanto de este cambio de año. Cualquiera la puede usar, basta con entrar en la web oficial de la historia, rellenar un sencillo formulario de registro y comenzar a jugar, como en El Precio Justo. Supuestamente es capaz de hacer cosas increíbles por nosotros, programar aplicaciones, programas y funciones y contestarnos cual humano cualquier cosa que se nos ocurra preguntarle.

Aquí lo hemos probado. Seamos sinceros: en el gremio de plumillas hay honda preocupación con estas cosas. Alguna gran tecnológica de las que nos están guiando la vida desde el Valle del Silicio en California hace ya algún tiempo que despidió periodistas de los que se dedicaban a hacer contenido para sus portales y los sustituyó por robots, como pronunciar la erre siempre fue complicado en algunos idiomas, ahora se llaman bots a secas. Así que si cualquiera de los que cobramos por juntar letras leemos que hay un programa que es capaz de entenderse con un humano como un humano, rápido se nos erizan las orejas como a un perrillo en celo y tensamos las extremidades por si ha llegado el fin de nuestra vida. Pero del tono de estos dos párrafos, usted, que todavía por muy cuñao que sea o por mucho que su guía en la vida para adquirir conocimiento sea el falso mito de Rajoy: El Marca y nada más, es mucho más inteligente que cualquier bot, ya habrá deducido que podemos seguir tranquilos haciendo lo que sea que hagamos en su cabeza (los misterios hay que alimentarlos).

Cuentan que una de las aplicaciones prácticas eficaces que tiene el programa es hacer de secretario o secretaria (ojo ahí que parece que va en serio). Hay quien ha grabado reuniones telemáticas (zoom) con otros programas de transcripción, le ha cargado el texto al chat y le ha pedido un resumen y tachán en menos de 5 minutos han podido pasarle al jefe un texto más que aceptable de lo que acababan de hablar. Es cierto que se necesitó un humano para manejar la máquina, pero (por seguir con el tono troglodita) se abre un nicho enorme para los vendedores de pinta uñas y limas o lo que sea que consuman los secretarios en sus tiempos muertos en la oficina. “No tienes ni puta gracia. A este paso nos sustituye el bot ese antes de 2024”, acabo de escuchar en mi espalda. El chat GPT, tampoco:

Humano hasta que se demuestre lo contrario: “¿Me podrías contar un chiste?”

Chat GPT: “¿cuál es el animal más lento? Un caracol, porque siempre está a un paso lento”.

Al Chat le hemos pedido que nos hiciera un texto de mil palabras sobre los Presupuestos Generales de la Ciudad Autónoma para 2023. Nos duró un segundo la emoción de pensar que hasta que nuestros jefes se enteren podríamos irnos de fiesta antes cada día.

“Lo siento, pero no tengo acceso a información actualizada sobre los Presupuestos Generales de la Ciudad Autónoma de Ceuta para 2023. Mi conocimiento se limita a lo que estaba disponible hasta el 2021, y no puedo proporcionar información específica sobre eventos futuros o datos que no estén disponibles en línea”.

A continuación, eso sí, hila cuatro párrafos bien estructurados, sin errores gramaticales, ni ortográficos, ni léxicos, en menos de 20 segundos, sobre generalidades de cualquier presupuesto institucional, que no hay que descartar que le vinieran bien leerlos a alguno de los diputados de nuestra Ilustre Asamblea ilustrada redacción.

Oye, pero que dice que si la información está en línea o se la cargamos es capaz de hacerlo. No. En el paso siguiente nos contesta que no tiene acceso a Internet, insiste en que no sabe del futuro (hasta ahí parece muy humano) y que por tanto no especula sobre el mismo (ahí ya se volvió de chapa y tornillo o de chip y coltán).

Pues hazlo de los de 2021. Y lo hace, pero yerra. Acierta a decir cuándo se aprobaron, el 17 de diciembre de 2020, pero falla en la cantidad 131,9 millones de euros. Con eso Vivas no tiene ni para pipas. Y añade unas cuantas generalidades.

Seguramente nadie lo ha visto venir así todavía. “Ja. ¿Ahora vas de pionero?”. “Sigues sin diferenciar primicia de exclusiva. En todo caso, de visionario. Deja de leer por mi espalda y tráeme otra cerveza”. “Pídesela al bot ese”. Reitero: Seguramente nadie lo ha visto venir así todavía, pero en los tiempos que corren de guerras culturales en los que cualquier cosa escupida por una pantalla y rastreable por un buscador acaba sirviendo de sólido pilar de la civilización y de la discusión de la cena de Nochevieja cual verdad tautológica inapelable, aquí hay todo un manantial de indiscutibles fakes (paparruchas) para quienes aspiran a que sigamos viviendo con valores de la edad media argumentando con sesudas revisiones históricas que nos condenan al pasado en el futuro. Con todo lo que ello conlleva: tal vez a cruzarte con tu ex a cada paso.

Más allá de eso, lo que parece indiscutible es que la inteligencia artificial de este tipo puesta a disposición de cualquiera con una conexión a la red, va a cambiar a la fuerza la vida en las aulas y fuera de ella. ¿Qué sentido va a tener en poco tiempo pedirle a un alumno que arme una redacción sobre la vida en el franquismo en España si el retoño en cuestión puede acudir a esta herramienta y resolver el asunto en menos de un minuto?

“El Franquismo fue un régimen dictatorial que gobernó España desde 1939 hasta 1975, bajo el liderazgo del general Francisco Franco. Durante este período, la vida en España estuvo marcada por la represión política, la censura y la persecución de disidentes.

Durante el Franquismo, la política y la sociedad españolas estuvieron totalmente controladas por el régimen y se impuso un sistema ideológico conservador y autoritario. Los partidos políticos y los sindicatos fueron ilegalizados y se creó una única organización sindical, la Falange, que era leal al régimen. La oposición política y cualquier forma de disidencia fueron brutalmente reprimidas y muchos opositores fueron encarcelados o exiliados.

La vida cultural y social también estuvo muy controlada durante el Franquismo. La censura se extendió a todos los aspectos de la vida y se prohibió cualquier forma de expresión que fuera considerada subversiva o peligrosa para el régimen. Los medios de comunicación estaban bajo el control del régimen y la educación se basó en la ideología franquista”.

Hay que reseñar que en lugar de régimen el programa arrojó el palabro ‘régimo’. Nadie es perfecto, que dejó para la eternidad Billy Wilder en Con Faldas y a lo Loco.

Ceuta

Y perfecto no es, de Ceuta por ejemplo no parece tener mucha idea la inteligencia artificial, más o menos como la mayoría de la humanidad. “¿Qué me puedes contar de la Ciudad de Ceuta?”

“Ceuta es una ciudad autónoma española situada en el norte de África”, hasta aquí bien. “En la península ibérica”, Ojalá fuera así y adiós al barco. “Es una de las dos ciudades autónomas que forman parte de la comunidad autónoma de Andalucía y una de las tres ciudades autónomas que forman parte de la Unión Europea en África”. Juan Luis Aróstegui ya está desempolvando las pancartas de las manifestaciones autonomistas de los años 90. Preguntado después por las otras dos ciudades autónomas además de Ceuta que forman parte de la Unión Europea en África, el bot reseñó Melilla y las Islas Canarias. Menudo cacao.

“Ceuta es una ciudad históricamente importante debido a su situación estratégica en la costa africana y ha sido ocupada por diferentes civilizaciones a lo largo de los siglos. Actualmente, es un importante puerto comercial y turístico y cuenta con una economía diversificada, con sectores como el comercio, la industria y el turismo”, sigue la máquina. Si no fuera por la industria, aceptable.

Clava la población, el paisaje y la “rica historia y una cultura diversa”, pero falla de nuevo al hablar de infraestructuras y confunde, otra vez, la realidad con los deseos del pueblo caballa: “Ceuta cuenta con un puerto comercial y un aeropuerto internacional, así como con una buena red de carreteras y transporte público”. Preguntado por lo del aeropuerto internacional resulta que Ceuta tiene vuelos regulares con Madrid, Barcelona, Lisboa, Valencia o Sevilla. “El aeropuerto internacional de Ceuta se encuentra a unos 10 kilómetros al oeste de la ciudad”, al bot lo podemos hacer presidente del mundo si es capaz de hacer eso realidad.

Leída la respuesta se nos ocurre pensar que por el momento no parece que la inteligencia artificial, al menos esta, tenga una buena aplicación para la industria turística y mejor no planificar un viaje con ella. Abundamos en esto: “¿Podrías decirme qué atractivos visitar en Ceuta?”

Ojo que lo clava: “playas, la muralla, el museo de la ciudad, el Parque Marítimo del Mediterráneo y el Mercado Central”. Espera, no lo clava tanto: “Playas: Ceuta cuenta con una serie de playas de arena fina y agua cristalina”, ¿a ver si lo de Ok Diario salió de aquí? “como la playa de los Alemanes, la Playa de la Ribera y la Playa del Ejido”.

¿Y para comer, Alexa? No me líes. Esa no soy yo. Pero “Ceuta es una ciudad con una rica historia y una culinaria diversa, con influencias africanas, europeas y mediterráneas. Hay una amplia variedad de lugares donde comer en Ceuta, desde restaurantes tradicionales hasta locales más modernos y vanguardistas”. Ejemplos: “Restaurante El Ejido”, y dale, “Casa Mocamar”, “Asadero Casa Paco”. Hemos probado a buscar los tres en Google (somos así de tradicionales) y no hemos tenido éxito en los resultados. Imposible intentar deducir a dónde nos está enviando. Nos ofrece todo el catálogo de barras y mesas de la localidad almeriense, un montón de Casas del Mar y casas Paco a lo largo y ancho del mundo mundial, incluso acotándolo a “en Ceuta”.

Para dormir nos propone Hotel Sercotel San Jorge, al buscar en Google no queda claro si es el Hotel San Jorge en Alcalá de los Gazules o cualquier Sercotel de la cadena desde Barcelona a San Sebastián. También propone el Hotel Mercure Ceuta. Google arroja como primer resultado la web de la cadena Mercure de la compañía Accor, pero si tratas de reservar en Mercure Ceuta: “ningún resultado”. Eso sí, Google ofrece acto seguido su mapa de Ceuta con el Ulises, La Muralla y El Puerta de África. Y la inteligencia artificial ofrece una tercera opción: “Hotel Parador de Ceuta”, hombre, ahí parece que ha acertado: “El Parador de Ceuta es un hotel de lujo (ejem) situado en un antiguo palacio del siglo XVIII. Ofrece habitaciones elegantes y espaciosas con vistas al mar y al puerto y cuenta con una piscina al aire libre y un restaurante con cocina regional”. Ya no. Cualquier parecido con la realidad parece pura coincidencia.

Y así todo, en barco podemos, según la inteligencia (no tanto) artificial (tal vez sea sinónimo de ficción y no lo sabemos), coger un ferry para ir a Algeciras, pero también a Málaga, Almería, Nador o Tánger.

El chat inteligente parece estar diseñado con los mismos criterios de eficiencia que los servicios de atención al cliente de cualquier empresa telefónica. “Me parece que no tienes ni idea de Ceuta”. “Lo siento si mis respuestas no han cubierto todas tus preguntas sobre Ceuta. Como un modelo de lenguaje, no tengo conocimiento personal de la ciudad y me baso en la información disponible para responder a sus preguntas. Si tiene alguna pregunta específica sobre Ceuta, házmela saber y haré todo lo posible por ayudarle a encontrar una respuesta”.

En este instante se abre un serio debate sobre si es adecuado o no incluir en el titular la expresión “puta idea” que se resuelve casi como empezó, cambiando el sujétame el cubata por el le voy a preguntar al cacharro qué le parece:

“No creo que ese sea un título apropiado para un reportaje sobre mis capacidades como modelo de lenguaje. Como una herramienta de software, mi función es proporcionar información y respuestas a las preguntas que me hagan, pero no tengo personalidad ni conciencia propias y no estoy sujeto a emociones como el enfado o el desprecio. El hecho de que no pueda proporcionar información sobre un tema específico no significa que no tenga ninguna "puta idea" sobre él, sino simplemente que no dispongo de esa información. Si me proporciona más contexto o detalles sobre su pregunta, estaré encantado de hacer todo lo posible por ayudarle a encontrar una respuesta”.

Y ¿si no tiene personalidad ni conciencia propias y no está sujeto a emociones como el enfado o el desprecio, por qué nos tendríamos que fiar de su juicio de valor sobre un titular? Al fin y al cabo el titular está dirigido a humanos que sí tienen personalidad, conciencia propia y emociones, a los que muy probablemente les rasque el corazoncito que su pueblo, al que aman (sentimiento profundo), no sea conocido por la humanidad entera y todas sus creaciones. Tal vez este sea ya un debate filosófico más sesudo que está a punto de llegar, ¿no?

“No tengo personalidad ni conciencia propia y no estoy sujeto a emociones como el enfado o el desprecio. Por lo tanto, no deben fiarse de mis juicios de valor como si fueran los de un ser humano con sentimientos y opiniones propias. Mi función es proporcionar información y respuestas a sus preguntas de la manera más precisa y objetiva posible, basándome en el conocimiento que me ha sido proporcionado durante mi entrenamiento”.

Creo, querido Chat GPT, que deberías entrenar más, tal vez podrías empezar por leer la Encarta. Pero claro leer más nos vendría bien a todos en general, humanos y máquinas.

La inteligencia artificial de moda no tiene ni puta idea de Ceuta, como la mayoría de la humanidad


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