El Langui no es un cualquiera del negocio de la música, puede parecer que mira por encima o con desdén, pero es una actitud impostada que se deshace como un azucarillo. Así, moviéndose a duras penas, llega hasta su silla en el centro de la Sala donde este viernes por la mañana ha impartido un taller de hip hop a una decena de jóvenes que se han acercado al local para conocer a su referente, fotografiarse y aprender algo, pero también para exponerse y demostrar un atrevimiento por encima de la media.

“El taller ha ido genial, muy bien. Un encuentro muy agradable y la verdad es que es algo muy curioso eso, hemos tenido igual menos asistentes que en otros lados, pero aquí en Ceuta el porcentaje de participación a la hora de hacer la actividad ha sido el cien por cien, en otros sitios muchos no se atreven”, explica Langui nada más terminar y se lo subraya a su manager.

Langui ha charlado “de tú a tú” con los jóvenes, les ha contado experiencias propias y les ha hecho preguntas, pero sobretodo espera haber logrado que se las hagan ellos mismos, sobre sus inquietudes en la vida. Todos sin excepción se han atrevido a rapear lo que una vez finalizada la charla Langui les ha pedido que escribieran al hilo de lo que les brotaba tras el encuentro. Al menos a leerlo. En todos los sitios no pasa esto y a muchos les vence la timidez. “He visto a la juventud de aquí muy atrevida”, corrobora Langui.

Esta noche, se subirá al escenario de La Sala que abrirá sus puertas gratis hasta llenar aforo legal para coronar con su actuación la presentación de las actividades comprendidas dentro de ‘Verano Joven’ , la programación elaborada para estos meses estivales por la Casa de la Juventud .

¿Tan mal está el mundillo de la música que hay que ganarse el pan con talleres? “No. No. El mundo de la música está mal, realmente. Como todos los gremios y demás. Pero hacer talleres para buscarte la vida o demás no es el caso. Es algo que me gusta. Gozo de un estatus. No me falta trabajo, estoy bien, no tengo la necesidad de venir aquí a hacer este taller. Vengo te hago el concierto y mañana me voy a Tarifa, luego a Barcelona y luego al rodaje y entre semana estoy en dos programas de radio de máxima audiencia. No tengo la necesidad de venir aquí a sacarme unas perras por este taller, por así decirlo. Pero es algo que me complementa a mí y creo que es una manera de estar en contacto con los jóvenes y un modo de aportar. Hago cosas que son benéficas y otras que no lo son tanto. Me enriquece venir con jóvenes y escuchar sus cosas y qué es lo que les motiva y lo que no, cómo van en los estudios. Son inquietudes que a mí me crean y a mí al mismo tiempo me aporta mucho. Es algo que empecé a hacer como propuesta hace ya años, me gusta, y si me llaman para un concierto, hay unas jornadas y quieren fomentar con los jóvenes un taller y ya que vienes a hacer el concierto, pues perfecto”, explica Langui.

Es en realidad una especie de hábito, de compromiso habitual dentro del mundillo, algo que también hacían los grandes ídolos americanos, los pioneros del rap, “la música de este siglo”, en palabras de Langui.

“Tenemos referentes y basta que te estén diciendo tus padres, tu tutor… ‘ponte las pilas, ponte las pilas’ y tú te crees que todo lo sabes ya, pero a tu referente sí le vas a hacer caso, a un deportista, al cantante sí le vas a hacer caso. Más allá de comer o no, esto es un compromiso”, resume Langui.

Puede que el ruido mediático generado entorno a algunas letras de artistas superventas del género como Eminem lleven a confusión, pero Langui subraya con orgullo y los ojos llenos de una vitalidad serena que el género es sobretodo “constructivo” y así son también los valores que propone a una juventud que ha comprado el producto de forma mayoritaria y que es lo que escuchan “en los institutos y los barrios el 70 ó 80 por ciento de los jóvenes”.

Un fenómeno sin freno, nada de moda pasajera, que entronca directamente con el momento actual en el que la sociedad de mayores a pequeños quieren construir otro mundo, más interconectado, más humano y solidario que expande valores, reivindicaciones y “verdad” usando el patio de vecinos global que son Facebook, twitter y demás redes.

El rap “tiene verdad, es una música que te dice cosas, y no te tiene amuermado con un “y quiero que todo vuelva a empezar que todo vuelva de cero…” (canta Langui impostando la voz para desposeerla de su toque canalla natural y endulzarla un poco) Un saludo a mi amigo Dani Martín, le camelo mucho, pero… el rap te comunica, te expone, te hace pensar, te suelta preguntas sin querer soltarlas, te hace pensar, te divierte, también, con un gran abanico de temáticas. El rap te da lo que no te da el pop. Ni tampoco el rock, que sí, es más transgresor, más reivindicativo, pero no hay nada tan reivindicativo o que te exponga tanto como un cantante de rap. Donde un rockero te ha metido tres líneas y un popero ha metido dos, el cantante de rap te ha metido 20 líneas y te hace pensar y te hace comprender y decir ‘¡coño a mí también me ha pasado esto!’ y al mismo tiempo también te hace divertirte…”, ahí lo deja el Langui, cansado ya tras el contacto con los jóvenes y con el concierto del viernes noche aún pendiente. Más contacto con esos jóvenes en un local pequeño en donde a buen seguro el feed back va a ser grande.

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