Al presidente del Consejo de Hermandades, Jesús Bollit, se le veía subir y bajar las escalares del Hotel Muralla teléfono en mano, con tensión y nervios entorno a las 11.30. Él mismo lo reconocía “me va a dar un infarto”, y miraba de nuevo al cielo. El hoy gris techo de Ceuta, encapotado, amagaba claros y nubes feas. Amenazaba de forma constante con llevarse por delante de un escupitajo de lluvia el concierto que con tanto mimo habían preparado los cofrades en la Plaza de África, al aire libre, con el incomparable marco de la Catedral detrás.

Como ensayo general de lo que puede ser la Semana Santa no estuvo mal, en lo que al tiempo se refiere, y estuvo excelente en lo musical. Había expectación por ver a la banda de cornetas y tambores del Santísimo Cristo de las Tres Caídas de Triana y no decepcionaron.

Antes, actúo la banda local Agrupación Musical Nuestro Padre Jesús Caído de Ceuta, también con gran éxito y dinamismo en la entrada a la plaza y al escenario y en el repertorio bien repartido entre las dos bandas para poner un anticipo de lo que está ya a la vuelta de la esquina, la Semana Santa y sus estaciones de penitencia de las hermandades en la calle, al fin, después de dos años, siempre y cuando el cielo se porte también como este domingo, claro.