CONCIERTO DE RAPHAEL

Raphael se entrega a unas Murallas Reales abarrotadas

Raphael se entrega a unas Murallas Reales abarrotadas
Raphael, sobre el escenario
Raphael, gesticulando sobre el escenario
El artista deleitó con una brillante actuación a los casi 2.000 ceutíes que rebosaron el lugar

Y, por fin, llegó el día: ese en el que Raphael volvió a pisar Ceuta varias décadas después de la que fue su primera y última visita a la ciudad autónoma. El artista jienense se puso anoche el mono de trabajo para deleitar a las más de 1.800 personas que tuvieron la dicha de contemplar el que, sin duda, ha sido el acontecimiento del año.

Entre todos esos aficionados, fueron muchos los que, movidos por la impaciencia, se dejaron ver por los aledaños del lugar varias horas antes de que diera comienzo el espectáculo, que acabó arrancando escasos minutos más tarde de las diez en punto.

Multitud de espectadores, sentados frente al escenario
Multitud de espectadores, sentados frente al escenario

Una vez se permitió acceder al recinto, los asistentes no tardaron en ocupar sus respectivos asientos (casi como si alguien se los fuera a usurpar). Y es que, después de las enormes dificultades para hacerse con una entrada, nadie quería perderse lo que estaba por venir.

Apoyado por los diez miembros de su banda, Raphael inauguró su performance en suelo caballa interpretando Ave Fénix, puede que a modo de alegoría de lo que representa su persona. El músico salió a escena en medio de un imponente espectáculo de luces que, por momentos, estuvo al nivel del exquisito apartado sonoro.

Casi al inicio de la actuación, el artista "revivió" durante unos pocos minutos a Camilo Sesto cantando uno de sus temas más icónicos: Vivir así es morir de amor. Acto seguido, el de Linares volvió a entonar sus propias letras, desde Enamorado de la vida hasta Digan lo que digan, pasando, por supuesto, por Mi gran noche Escándalo, canciones con las que terminó de ganarse a un público ya de por sí entregado y con ganas de diversión.

Raphael, dirigiéndose a su público
Raphael, dirigiéndose a su público

Los allí presentes coincidieron en que se vio sobre el escenario a un Raphael plenamente rebosante de juventud y pasión. Aunque algunos ya tuvieron la oportunidad de presenciar conciertos similares con anterioridad, lo cierto es que no deja de ser especial poder hacerlo en Ceuta; más aún, si cabe, en un espacio tan singular como es el de las Murallas Reales.

Sea como fuere, ninguno de los espectadores olvidará jamás lo vivido el día de ayer. La imagen y la voz de Raphael permanecerán en el recuerdo de aquellos ceutíes que tuvieron el privilegio de presenciar lo que fue un acontecimiento difícilmente repetible.

Varios asistentes, aplaudiendo a Raphael
Varios asistentes, aplaudiendo a Raphael

 

Raphael se entrega a unas Murallas Reales abarrotadas


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