CONCIERTO

La Ruina: “Se han perdido dos o tres generaciones de bandas en Ceuta pero ahora hay un rebrote de músicos”

La Ruina: “Se han perdido dos o tres generaciones de bandas en Ceuta pero ahora hay un rebrote de músicos”
La Ruina
La Ruina, este miércoles en su local de ensayo.

La Ruina sube este jueves al escenario del Teatro Auditorio del Revellín a las19.30 horas, dentro del programa de conciertos ‘Rock de Aquí’. Compra AQUÏ tus entradas.



La Ruina nació en la ciudad equivocada, a casi mil kilómetros de su hábitat natural: la margen izquierda del Nervión o en cualquier parte vieja de casi cualquier ciudad Norte de España. Pero nacieron en Ceuta y aún así llevan tres décadas haciendo el rock urbano con el que crecieron, sonando a ellos mismos pero sin olvidar sus raíces, la música cruda que les amamantó: Extremoduro, Platero y Tú, Barricada… Un rock honesto, crítico y directo. Una verdadera ruina si lo que quieres es hacerte rico, pero la mejor manera de gritar lo que sientes. 

Nueve meses después de su último concierto—el pasado 7 de marzo en La Sala, en el marco del Festival Festea— La Ruina vuelven este jueves a subirse a un escenario, esta vez dentro del programa Rock de Aquí, en el Teatro del Revellín (19.30 horas. Entradas a la venta AQUÍ). Es su primera vez en la ‘nueva normalidad’ y también es su primera vez en las tablas del principal escenario de Ceuta, , aunque todavía no se hacen a la idea de cómo puede ser un concierto de La Ruina con el público sentado en sus butacas. “Es el concierto más raro con diferencia, eso seguro, pero sobre todo por las circunstancias”, admite Juanjo Fernández Balongo, guitarra, voz y padre fundador de La Ruina y el único miembro de la banda que lleva a bordo desde 1991.”Es un teatro, es para otra cosa, pero bueno, nosotros vamos a ir a darlo todo, sea en una sala o sea en un teatro”. 

Saben que será diferente, que habrá poco público, muy poco, y que no tendrán ese calor que ayuda a encender la hoguera del rock, pero así y todo lo encaran como un concierto normal. Hoy han quedado en el local de ensayo, en las oficinas de Sonalba en el puerto. Calientan motores con unas cervezas y visualizan el concierto con el reportero como testigo. Abrirán con un tema propio y cerrarán con Led Zeppelin, el resto, como los tiempos que corren, se mueve en la incertidumbre. “Hasta que no estemos allí y veamos cómo suena la primera canción, no lo sabremos, igual nos salimos del pellejo”. Juanjo no se muestra demasiado partidario de los nuevos formatos como los conciertos en streaming, no le convence un directo online pero no descartan probar un formato acústico, como están haciendo ya otras bandas para adaptar su sonido al marco de un teatro. De momento piensan solo en este jueves.

Raro o no, el caso es que este concierto los ha devuelto a la acción. Y ha sido una bendición, confiesan. El confinamiento estaba acabando con las ganas de seguir peleando en esto del rock and roll.  “En el confinamiento por mi parte estuve escribiendo cancioncillas, componiendo”, recuerda Juanjo, pero el peso de la realidad pudo con la ilusión inicial de disponer de tiempo para componer. La pandemia les ha pasado factura. “A mí me ha reventado, directamente, en todo, me ha dejado hecho polvo a nivel musical, a nivel personal… De tener muchas ganas de tocar al principio, a ver la guitarra y que te dé hasta asco”, confiesa la voz de La Ruina. Y no es el único, Carlos Armesto –bajo y voz— también atravesó un serio bache: “En un primer impulso abandoné todas las bandas en las que estoy, cuatro — Plaza Vieja Covers, Bloom, La Ruina y Bones Machine—“. 

“Antes había más movimiento, con los bares que había, el tema del ‘Bataplán’, los soldados (de reemplazo) que venían y traían la cintas de Platero y Tú, de Barricada, había muchísima más gente que ahora, más marcha, más conciertos, infinitamente más. Después llegó el rollo del ‘bakalao’ y se saltaron dos generaciones o tres"

Al final, las aguas volvieron a su cauce. “Este tuvo que tirar de mí, que si no, no arrancábamos”, reconoce Juanjo aludiendo a Alfonso Lehr, el quinto ‘Ruina’, el encargado de salir en la recta final del concierto con las versiones. “No sé qué tiene La Ruina que puede con todo”, se ríe el aludido. “Ha sido una etapa dura para todos, estábamos despistados, había una incertidumbre total, hasta que llega de nuevo la normalidad, te vuelve a entrar el gusanillo, te reúnes, te tomas la cervecita, empiezas a tocar y todo vuelve a empezar”.

Aunque hoy La Ruina sea una rara avis en el ambiente musical de la ciudad, no lo eran tanto cuando nacieron. En los 90 esta era una ciudad muy distinta, recuerdan. “Antes había más movimiento, con los bares que había, el tema del ‘Bataplán’, los soldados (de reemplazo) que venían y traían la cintas de Platero y Tú, de Barricada, había muchísima más gente que ahora, más marcha, más conciertos, infinitamente más. Después llegó el rollo del ‘bakalao’ y se saltaron dos generaciones o tres y ahora parece que hay un rebrote de músicos, pero ya se han perdido esas dos o tres generaciones”. “Ceuta ha decaído mucho”, tercia Alfonso, “había grupos por todas partes, estaba lo que es la Huerta del Cateto, donde nos reunimos los grupos porque teníamos todos los locales, cuando tocaba uno siempre íbamos todos… Ha decaído mucho”.

La prueba de lo que dicen son ellos: treinta años dando guerra casi sin relevo. Solo Bloom, la banda de los hermanos Caruncho mantiene viva la herencia del rock urbano en Ceuta junto a La Ruina, tanto que comparten uno de sus miembros, Carlos Armesto. Pero a La Ruina aun le queda mecha. Lo demostrarán este jueves, pisando la madera noble del Teatro del Revellín, en un concierto raro, sin el calor del público pero con toda la furia del rock. “Puede que salga mejor o peor, pero La Ruina siempre damos el cien por cien”.

La Ruina: “Se han perdido dos o tres generaciones de bandas en Ceuta pero ahora hay un rebrote de músicos”


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