Una tarde de estudiantes con nostalgia de Hadú
Imagen de la Virgen de las Penas
Imagen de la Virgen de las Penas / Alejandro Castillo

La Semana Santa caballa ha vivido este Jueves Santo la segunda jornada con más de una hermandad en la calle; en este caso, ha sido el turno tanto para la Cofradía de Las Penas como para la de Las Lágrimas, como preludio a la Madrugá y al Viernes Santo


Es Jueves Santo en Ceuta y, desde hace unos años, las calles pertenecen a dos hermandades. A la Cofradía de Las Penas y a la de la Encrucijada. La cofradía de los estudiantes y la de Hadú o la Guardia Civil. Ambas han completado su salida procesional; una desde su templo habitual, otra con el pensamiento puesto en volverlo a hacer cuanto antes desde su lugar original, desde la populosa barriada.

Es la de las Lágrimas. La del ‘Encuentro chico’. No puede procesionar desde su Iglesia porque esta está cerrada al culto por los problemas sufridos en el inmueble en los últimos años. A la espera de que las obras que parece que por fin comenzarán tras la Semana Santa, los titulares de la Hermandad procesionan desde la Catedral.

No, no es Hadú; no es ese antiguo cine reconvertido en Iglesia que se encuentra a escasos metros del Cuartel de Regulares 54. Falta la salida al milímetro, casi angustiosa, por el callejón contiguo a la Iglesia. No tiene ese espíritu de barrio impregnado desde el nacimiento de la Cofradía, espoleado por un sermón del padre Huelin durante un Via Crucis en aquella Avenida República Argentina repleta entonces de cabarets y bares. Pero no falta el Encuentro Chico o Pregón Encuentro entre María Santísima de las Lágrimas y el Santísimo Cristo de la Encrucijada en la Catedral. La hermandad que conquista el centro soñando con volver a su barrio.

Y en su barrio, en su iglesia, sale media hora antes la Cofradía de Las Penas. La de los Estudiantes o la de los Agustinos, por esa puerta lateral de la Iglesia de San Francisco. Una Cofradía que transita de padres a hijos, sustentada por su especial vinculación con el Colegio de Méndez Núñez.

El Cristo de la Humildad y Paciencia, que representa a un Jesús de Nazaret que resiste estoicamente las torturas en sus últimas horas de vida y a una María dolorosa, devastada por Las Penas recorre con sus seguidores habituales las principales calles del centro. Todo ello, en espera de que el silencio y la noche dejen terreno libre al Descendimiento y la Semana Santa ceutí enfile, ya, su recta final.

Una tarde de estudiantes con nostalgia de Hadú


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