Hay poetas que miran hacia dentro, mientras otros prefieren mirar a su alrededor. Verónica Aranda, la joven poeta encargada de cerrar las Jornadas Literarias del Instituto de Estudios Ceutíes es de los segundos. “Hay poetas que parten de su interior, una poesía más filosófica, más metafísica. En mi caso es al revés, interiorizo otras realidades en forma de poemas, es un viaje de ida y vuelta”, explicaba este jueves Verónica Aranda en la sala de usos múltiples de la Biblioteca, que registró un lleno absoluto para la clausura las Jornadas Literarias.

Verónica Aranda, poeta consagrada casi desde la adolescencia, se define a si misma como una poeta viajera, que no turista. “El turista está de paso, la mirada del viajero es más reposada para poder asimilar otras realidades”. 

Fruto de esos viajes, de esos choques con otras realidades surgen sus poemarios. ‘Cortes de luz’ se garduño durante sus dos años de estancia en Delhi con una beca del Gobierno de India. Y no es el único sobre este país, aunque el primero fue más bien de poeta turista, ‘Poeta en India’, publicado con tan solo 18 años tras un corto viaje a un país que la ha marcado.

Pero no es el único. “India y Marruecos son los dos países más inspiradores que he conocido”, reconoce. Vivió un año en Tánger, entre 2010 y 2011, y allí nacieron sus poemas sobre los cafés de la ciudad tangerina, ‘Café Hafa, y allí (más bien en Tetuán, en el Instituto Cervantes) la conoció María Jesus Fuentes, alma de las Jornadas Literarias del Instituto de Estudios Ceutíes. Inba a ser la invitada de las Jornadas Literarias de 2020, pero la pandemia no quiso y este año el IEC no ha dudado en llamarla de nuevo y hacer justicia (poética).