El presidente de la Ciudad, Juan Vivas, ha girado visita a las obras de la Manzana del Revellín este lunes, junto al arquitecto portugués, Álvaro Siza. Tras pasear por el escenario del futuro auditorio y por los pasillos que dan acceso a las gradas y elegir el color del que finalmente irán pintadas las paredes, un tono entre el gris y el blanco, Vivas no ha dudado en elogiar la obra del luso y de paso la gestión de su Gobierno.

Para el presidente se trata de una obra “trascendental para Ceuta”. Vivas ha recordado que desde que en 1975 el Ayuntamiento comprara la parcela al Ejército ha habido muchas vicisitudes que han obligado a esfuerzos de todo tipo.

Esfuerzos que han ido solventando problemas y que darán a luz allá por finales de febrero cuando se abra el telón del auditorio a una obra por la que “ha merecido la pena el esfuerzo” y un proyecto “concebido en beneficio de los ceutíes, de los de hoy y de los de mañana. Yo creo que esta es una obra que trasciende el tiempo y que formará parte de los anales de Ceuta”, ha manifestado Vivas.

El presidente cree que el complejo es un “modelo del equilibrio entre la idea, el proyecto de don Álvaro, y el lugar. Creo que esto es una extraordinaria transformación de este espacio urbano que además está de una manera natural extraordinariamente integrado en el lugar en donde se ubica. Sinceramente, creo que aquí hay un tratamiento de la luz verdaderamente espectacular, hasta el más mínimo detalle”.

El Gobierno lleva invertidos 55 millones de euros en el complejo y hasta ahora han entrado en funcionamiento el estacionamiento subterráneo de vehículos y el conservatorio, instalaciones estás últimas que según ha referido el presidente están dejando más que satisfechos a padres, profesores y alumnos.

La apertura del futuro auditorio permitirá traer a Ceuta espectáculos que hasta ahora no se podían dadas las limitaciones de los espacios escénicos de la ciudad. Y por tanto repercutirán en mayor satisfacción de los ceutíes, que verán cumplido un anhelo “no sé si de hace 30 o 35 años”, ha explicado Vivas.

“Aquí ha habido un cuidado de los materiales verdaderamente admirable, entendiendo que los materiales de construcción también son una forma de expresión”, ha manifestado Vivas.

Y Siza también lo debe entender así ya que no ha dudado en expresar su gratitud a la Ciudad y al Gobierno por apoyarle en este proyecto y por hacer una apuesta decidida por la calidad.

“Estoy satisfecho con la Ejecución y con la posibilidad de realizar esta obra. Esta ciudad me dio una oportunidad que no sucede tantas veces, porque no sólo dibujar los edificios es importante. Tener la posibilidad de solucionar un hueco que existía en el centro de la ciudad no sucede tantas veces a un arquitecto”, ha expresado Siza.

“Y muy satisfecho también porque el presidente y el Gobierno siempre dieron un apoyo a esta realización, antes pasó por un periodo difícil y vi el entusiasmo con el que los representantes del Gobierno miraban esta obra y esto es muy importante para el arquitecto porque si el dueño del terreno no está interesado en la calidad, como sucede tantas veces, ningún arquitecto llega a la calidad. Yo acostumbro a decir que el primer arquitecto es el dueño de la obra”, ha refrendado Siza.

El luso ha sido felicitado por el presidente por su reciente premio de las Artes y la Cultura concedido por España y Portugal y ha confesado que se “emocionó mucho y es simbólico de los dos países, de los dos gobierno de una conciencia de una partida de los problemas que existen y de una amistad histórica”.

Ya fuera de micro Siza ha explicado que en esta obra ha buscado como en casi todas sus creaciones que haya una armonía y una continuidad entre el interior y el exterior y que por eso le da tanta importancia siempre a las decoraciones interiores de los espacios y prefiere dibujar él mismo sus propios muebles.

Además en el caso del complejo del Revellín Siza ha buscado que se integre a la perfección con los ejes de las calles aledañas que encuentran su continuidad en el complejo a pesar de que pueda parecer que se trate de una manzana cerrada, nada más lejos de la realidad.