NAYAT KAANACHE

Vivas: “El Premio Convivencia no ha perdido vigencia, basta con observar algunas actitudes, algunos discursos”

Vivas: “El Premio Convivencia no ha perdido vigencia, basta con observar algunas actitudes, algunos discursos”
Nayat Kaanache y Juan Vivas-1
Nayat Kaanache y Juan Vivas-1
“La convivencia es una realidad en nuestra ciudad, resulta evidente, pero existen riesgos, están a la vista, tampoco podemos negarlo", ha advertido.

El presidente de la Ciudad, Juan Vivas, ha sido el encargado de entregar el XVIII Premio Convivencia a Nayat Kaanache, la chef vasco marroquí activista por el empoderamiento de las mujeres y en la lucha contra el hambre. Una mujer que personifica los valores del Premio Convivencia, remarcó Vivas, un galardón que “no ha perdido vigencia: basta con observar algunos dramas, algunas actitudes, algunos discursos para llegar a la conclusión de que sigue siendo necesario movilizar conciencias y corazones en favor de la convivencia, de la concordia, de la fraternidad”. 

“La convivencia nos dignifica y enriquece, como personas y como sociedad; Ceuta es un buen ejemplo: frente a la hipotética imagen de una ciudad enfrentada y dividida por razones étnicas o religiosas y lastrada por la segregación, comparecer ante el resto de España, de Europa y del mundo como lo que somos, un lugar de encuentro, inclusión y convivencia, un lugar donde forma parte del paisaje cotidiano los principios y valores que son pilares de nuestra Constitución y del acervo fundacional de la Unión Europea, genera simpatías, estimula la solidaridad y hasta favorece el desarrollo económico”, reivindicó el presos¡dente en un discurso trufado de referencias tácitas a la tensa actualidad de la política ceutí.

Una convivencia que es el principal activo de Ceuta pero que requiere cuidados , advirtió el presidente, que propuso las siete claves para salvaguardarla:  “La convivencia es una realidad en nuestra ciudad, resulta evidente, pero existen riesgos, están a la vista, tampoco podemos negarlo; de ahí que sea preciso preservarla. Para lograrlo, y basándome en la experiencia vivida, me permito, con toda humildad, aportar algunas claves: “Respetar y conocer al otro. Abandonar miedos, recelos y prejuicios. Asumir que sumar e incluir no supone ceder ni claudicar. No utilizar los sentimientos religiosos para hacer política. Sustituir el ellos y nosotros por un nosotros que no excluya ni deje fuera a nadie. Considerar que la delincuencia y el incivismo no están determinados por la cultura o la etnia, que sus causas hay que buscarlas en la educación, en los obstáculos que impiden la igualdad de oportunidades, en las condiciones socioeconómicas. Y hacer efectivo el imperio de la ley, la única habilitada para reconocer derechos y establecer deberes y obligaciones, la única habilitada para marcar la separación entre lo permitido y lo prohibido”. 

Vivas quiso también reivindicar la oportunidad del premio que recibía Nayat Kaanache: “Sin duda es el caso de Najat Kaanache, una mujer de extraordinaria valía, de mucho mérito por lo que ha logrado y por cómo lo ha logrado. Para Najat, el rango de lo sublime se alcanza a través de la fusión, de la mezcla de condimentos, aromas y sabores, del contraste y la complementariedad. (…) Para Najat, en la cocina y en la vida, la materia prima es importante, pero lo verdaderamente insustituible es el factor humano, la pasión y el cariño por lo que se hace. (…) Najat Kaanache es una feliz combinación de talento, tenacidad y esperanza, como dice la canción: creer que se puede y querer que se pueda. En fin, una mujer comprometida con la defensa de los derechos humanos, de la igualdad, en todos los ámbitos, y de la libertad, en cualquiera de sus manifestaciones; tres valores esenciales para la convivencia que hoy celebramos”. 

Vivas: “El Premio Convivencia no ha perdido vigencia, basta con observar algunas actitudes, algunos discursos”


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