Es el fútbol muchas veces una metáfora de la vida misma. Como cualquier deporte. Las actitudes de una empresa colectiva como el fútbol son aplicables muchas veces a casi cualquier ámbito. Si un equipo de trabajo se esfuerza, pone concentración, trabaja con tesón, pasión e intensidad, es fácil que a nada que tenga además de esa actitud un poco de aptitud y saber hacer los resultados buenos lleguen. Algo así es la Agrupación Deportiva Ceuta Fútbol Club de este año.

Una receta que mantenida con cierta disciplina a lo largo de 38 jornadas debería ser más que suficientes para acabar bien arriba en el Grupo X de la Tercera División, y poder optar a pelear por regresar a la Segunda División B, de la que fue expulsada la AD Ceuta hace dos años por problemas económicos.

Y hay mucho de lo del primer párrafo en el conjunto de Asián. Hay entrega, pasión, trabajo intenso y disciplinado y además de algo de táctica y un pizquita de calidad inusual o poco frecuente en la Tercera del fútbol patrio. Ingredientes más que suficientes para echar a cualquier rival abajo.

Asián sigue la senda marcada por Pérez, si bien el grupo (casi idéntico) va mejorando algunos aspectos. Si el pasado año espera a que el rival madurara poco a poco, este ejercicio, sale a ejecutar el partido desde el minuto uno, como si tuviera prisa, pero bien calmado para no errar el fusilamiento.

Y así el equipo se despliega con la fiereza del carácter de Pepe Martínez, desplazado al lateral, juega con la cabeza de Ernesto en la media, pone la experiencia de Sandro atrás y revienta los partidos con el corazón de Perita y la calidad de Prieto y Ángel. Y todos traspasan su poder individual al colectivo para cuajar victorias.

Al Mairena no se le vio demasiado en la primera parte, como al Ceuta, que parecía que no hacía nada cuando ya iba dos a cero en el marcador.

Ángel la tuvo antes que nadie, sólo delante del portero en el área pequeña hizo lo más difícil: tirar el pase de la muerte fuera de los tres palos. Algo parecido le pasó ante el Betis B, y el fallo le espoleó para ser el mejor del equipo. Este sábado ni hizo falta. Apenas unos minutos después Prieto, quién si no, marcaba el uno a cero a la salida de un corner, después de recoger el rechace del portero al primer disparo de un compañero.

Apenas unos minutos después, repitió diana, esta vez en una jugada más vertiginosa, más propia del fútbol sin florituras, pero preciso y bien vertical, que quiere predicar el equipo este año.

Con dos cero al descanso parecía todo el trabajo hecho, en parte porque el Mairena apenas mostró capacidad alguna de dibujar peligro una vez pasada la media. En esa línea del juego a años luz de Perita, Prieto, Ismael y Ángel, auténticos “bicharracos”, que dirían los sevillanos.

Prieto lleva en cinco jornadas seis goles, números más propios de mega estrellas como Cristiano o Messi que de la tercera división. Es, obvio, pichichi del grupo.

Con todo decantado, la grada, con menos público que frente al Betis B y la tribuna semi vacía, se apelotonó en la cafetería al descanso y se dispuso a disfrutar de una plácida segunda parte. Tan plácida que el colegiado incluso pitó a favor del equipo. Algo poco habitual.

Anuló un gol al Mairena que pareció legal y que fue muy protestado por los sevillistas. Y poco después concedió uno que cualquier otro día y con la necesidad del gol no lo habría dado. Marcó Ángel el tercero del Ceuta. La foto no engaña, el balón rebasó la línea por más que el meta, Nico, del Mairena se empeñara en parar el balón, le faltó llegar un par de centímetros antes. Ayudó al colegiado que el balón entró y se paró justo al lado del palo.

El golpe psicológico de marcar, celebrar y que te anulen y que casi acto seguido te marquen uno dudoso no hundió al Mairena, más bien terminó de desenchufar al Ceuta que dio el partido por terminado y jugó a mantener y buscar alguna jugada rápida arriba para marcar el cuarto sin demasiado afán.

El Mairena intentó subir la intensidad del choque mediante faltas, sin conseguirlo y generó más peligro en pocos minutos que en todo el primer tiempo. Hasta que encontró a falta de un cuarto de hora el gol en las botas Abri. Incluso pudo apretar el partido en el minuto 82 y haber puesto emoción, pero el Ceuta se vio en todo momento dueño del choque y muy superior.

Tres puntos más a la buchaca, 12 de 15 posibles. Los de Asián duermen el sábado segundos, si bien salvo sorpresa volverán a quedar fuera de la liguilla empatados a puntos con el cuarto. Juegan mañana cuatro equipos que pueden superarle en la tabla, y tres lo hacen contra los tres últimos clasificados, que no conocen otra cosa que la derrota en lo que va de curso. Más que una pelea por el ascenso pareciera el grupo una contrarreloj. Estar arriba está más caro que nunca, pero de momento el Ceuta aguanta bien el pulso de rivales más favoritos como Betis B o San Roque de Lepe.