El Ceuta vence al aburrimiento y a la “peña alioli”


El Ceuta vence al aburrimiento y a la “peña alioli”

- Los goles de Alex Hornillo, Aitor y Germán de penalti sentenciaron el encuentro ante el Sporting de Villanueva que logro meterse en el partido con un gol al filo del descanso

- Los extremeños llegaron a Ceuta tras un calvario que hizo a su entrenador pedir respeto para sus jugadores a la directiva y decir que parecían “la peña alioli”

Lo bueno si breve, dos veces bueno, reza un refrán popular sabio; alguien debió de popularizar su antítesis: lo malo si largo, dos veces malo. Y los 90 minutos de este domingo en el Murube entre la Asociación Deportiva Ceuta y el Sporting de Villanueva fueron largos y eternos. A pesar de los cuatro goles, de la victoria de los de casa y de que la segunda parte el Ceuta tuvo el absoluto control del partido.

Poco fútbol vieron los aficionados, alguno al filo del descanso clamaba al cielo: “¡Qué aburrimiento!”. Y ese es un buen resumen de la primera parte. No disculpa el sopor la falta de calor que transmite la grada en el Murube, una vez más el campo, más vacío que lleno, unas 700 personas, siendo generosos, que apenas se dejan notar. El Ceuta podría jugar en Aznalfarache y con los familiares y amigos de la plantilla y alguno más los ánimos iba a ser casi los mismos. No ayuda a calentar la grada el poco fútbol sobre el césped, el intempestivo día, ni el desarraigo de una plantilla que no conoce ni la prensa, dado su afincamiento en Sevilla. Y si a eso se le suma, como símbolo, que el encargado de llevar el brazalete de capitán durante la segunda parte fue Añete, que llegó el pasado ejercicio en el mercado de invierno, se obtiene un buen retrato de la falta de comunión entre el equipo y la grada.

Volviendo al fútbol, por así nombrarlo, el Ceuta se las prometía muy felices cuando en el minuto seis, casi en la primera aparición en el área rival, Alex Hornillo enganchó un balón suelto y la mandó directa y en clase preferente al fondo de la red. Imposible para el portero.

La jugada venía de una falta aparentemente intrascendente en la banda izquierda del ataque del Ceuta, el balón pegado a la cal y a unos 15 metros de la frontal del área. La puso Guzmán al punto de penalti, bombeada, en busca de cabeza con fortuna. Un balón fácil para la defensa y difícil para los delanteros. La rechazó la zaga, la envió a la otra banda como si de un partido de tenis se tratara. Allí cayó de nuevo en botas caballas, de nuevo a la olla. Hasta tres jugadores del Villanueva chocaron entre sí para regalar un balón a media altura, botando lento y pausado entre el punto de penalti y la frontal. Allí Hornillo la engatilló. Uno a cero.

El partido parecía estar sentenciado, el Villanueva no generaba juego. Lobera había analizado bien al rival y luego dijo en rueda de prensa, que saben cerrarse bien, son ordenados defensivamente y esperan su oportunidad en alguna contra y en balones parados. Y así fue.

También señaló Lobera en rueda de prensa, también con acierto, que al equipo le faltó saber matar el partido antes. Y así fue.

El Ceuta se dedicó a jugar al ralentí durante todo el resto de primera parte. Y a pesar de eso, la diferencia de calidad, abismal, hizo que llegaran ocasiones para el dos cero. En el minuto 12, por ejemplo, Toledo le dejó un gran balón, en un gesto de clase en el centro del área, al espacio para que apareciera Fernando, y apareció, y llegó a chutar, pero el meta del Villanuevo Camacho estuvo inspirado y la sacó a corner.

El fútbol pasaba lento y tortuoso sin juego, sin divertimento alguno. En el 36 la tuvo Toledo, le faltaron unos centímetros o un buen tupé con mucha gomina para enganchar un balón que sólo había que tocarlo para echarlo a la red, el centro de Fernando fue casi perfecto.

Y así, el Villanueva encontró su ocasión. La única de la primera parte y se diría casi del partido. En una contra, un buen pase desde la derecha de su ataque de Belforti que remató espléndido dentro del área Pérez a contrapíe del portero Pau Torres. Era el minuto 41 y contra todo pronóstico los extremeños se metían en el partido.

La segunda parte fue otra historia, lo fue porque el cansancio comenzó a hacer mella en el Sporting Villanueva. Su azaroso y dramático viaje comenzó a pasar factura y ahí el Ceuta supo sacar provecho.

La odisea del Villanueva

Los de Villanueva habían arrancado a las seis de la mañana para llegar a Algeciras con intención de tomar el barco de las doce y media del mediodía. Viajaban este domingo y no lo hicieron ayer por un problema común en la segunda división b, la falta de dinero de los clubes, en este recién ascendido los ánimos se están crispando. Tanto que los jugadores saltaron al Murube portando una pancarta en la que pedían la dimisión de la Junta Directiva. Ahí es nada.

Y es que, al llegar a Algeciras, el vicepresidente del club extremeño, dijo no tener dinero para pagar los billetes de barco hasta Ceuta. La situación se tensó tanto que, según ha relatado en la rueda de prensa posterior al partido el técnico, Alberto Ferri, él mismo harto de la situación sacó su “VISA” para “pagarle el billete” a los jugadores. “Entonces cuando el director deportivo y yo dijimos que pagábamos los billetes, entonces sí apareció el dinero”.

Tomaron el barco de las 13.30. Al parecer la intención de la directiva era que los propios jugadores se hubieran pagado el billete de barco. “Sólo pedimos respeto a nuestra profesionalidad y que no parezcamos la peña alioli. Nosotros trabajamos y pedimos que se nos trate como profesionales. No es normal que hayamos tenido que comer un bocadillo en la cafetería de Algeciras y que lleguemos con un bocadillo de Frankfurt dos horas antes de un partido. ¡Qué no tenemos ni chándal! que cada jugador venía con un chándal distinto, uno del Madrid, otro del Barcelona, otro del Málaga ¡Manda cojones! Si le das estas ventajas a un equipo como el Ceuta te pasa lo que te pasa en la segunda parte, que te vuelven loco y hacen contigo lo que quieren”, ha explicado indignado en sala de prensa, Alberto Ferri.

Y así fue, la segunda parte. El Ceuta tuvo todo el control del juego. Los extremeños comenzaron a acusar el cansancio y el Ceuta encontró los huecos para ver más cerca la portería rival, hasta que en dos jugadas, en cinco minutos a mitad de parte resolvió el partido y lo dejó sentenciado.

En el minuto 70 Aitor enganchó uno de los muchos rechaces con los que se defendía el Villanueva y logro sortear al meta Camacho. 2 a 1. Cinco minutos después, en una jugada que aparentemente ya no tenía trascendencia Víctor Martínez se desentendió del balón y empujó a Fernando, no lo vio el árbitro, no se sabe si la grada que lo pidió y parece que sí lo vio el juez de línea. Penalti. Germán aprobó la asignatura pendiente y en el minuto 75 puso el 3 a 1 definitivo y dejó el partido resuelto. Tres puntos más para el Ceuta.

El equipo de Lobera se pone ahora noveno con 13 puntos, a 8 del cuarto clasificado, el Cádiz. La semana que viene el equipo jugará contra el Betis B, el líder, y la siguiente, de nuevo en el Murube contra la Balompédica Linense, tercer clasificado del grupo, después de diez jornadas. Dos buenas citas para medir el verdadero nivel del equipo.

El Ceuta vence al aburrimiento y a la “peña alioli”


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