El CN Caballa venció por 17 a 14 al Turia en el partido que cerraba la temporada. Este resultado asegura la cuarta plaza definitivamente.

El partido resultó algo más complicado de lo que debía haber sido por la diferencia de calidad entre los dos rivales. El Turia justificó su condición de farolillo rojo. Un equipo joven y muy blando en defensa. No obstante el Caballa que alternó buenos momentos, con otros de mucha desidia, no terminó de cerrar el partido y pasó ciertos apuros cuando los valencianos se pusieron a dos goles de diferencia faltando un par de minutos. El último partido de la temporada da paso a un obligado balance. La primera campaña de un equipo ceutí de waterpolo en competición nacional se puede catalogar de magnífica. El cuarto puesto alcanzado es muy meritorio. No resulta sencillo para un equipo joven y sin experiencia desenvolverse en una división que supone un salto de calidad muy notable respecto a las competición andaluza. La temporada, no obstante, ha supuesto un tobogán de emociones. Se han mezclado momentos de euforia desmedida con otros de profunda decepción. Al final las cosas han quedado en sus justos términos.

La irrupción del Caballa en segunda división fue fulgurante. Dos victorias consecutivas en las piscinas del Tres Cantos y del Moscardó (a la postre segundo y tercero), y otros resultados lógicos contra rivales de menor entidad, auparon al Caballa a la primera posición, otorgándole la vitola de favorito para el ascenso y desatando una ilusión enorme: el segundo ascenso consecutivo se veía como algo seguro. Fue un exceso de confianza y, en cierto modo, un espejismo. En esta categoría todos los equipos son buenos, están bien preparados y organizados, y nadan mucho. Hay mucha igualdad. Así se comprobó en el momento fatídico de la temporada. El Caballa caía sorprendentemente contra el San Feliú en LLobregat, y a renglón seguido en nuestra piscina contra el Sabadell en el partido más extraño de la temporada. Supuso un mazazo del que el equipo no se ha terminado de reponer en el resto de temporada. La desmotivación dio pié a la relajación, se bajo el nivel de entrenamientos y con él de preparación física, fundamental en la categoría. Ver como volaba el ascenso paso una factura muy costosa a un grupo inexperto y demasiado ilusionado.

El CN Caballa tuvo el ascenso muy cerca. Quizá con algunos detalles a favor del equipo en momentos puntuales se pudo alcanzar. Pero las competiciones deportivas son duras y los deportistas se exponen a muchos retos: físicos, emocionales, psicológicos y tácticos, que se dilucidan en leves y a veces intangibles gestos. Quizá falto un poco de madurez. Pero nada de esto puede empañar el tremendo valor de este equipo. Partiendo de la nada, Ceuta cuenta con un equipo en categoría nacional integrado en exclusiva por jóvenes ceutíes (hecho único en todas las disciplinas deportivas); han desplegado un enorme esfuerzo, han competido con gran dignidad y han logrado un resultado extraordinario y, sobre todo, esperanzador de cara al futuro. Es el momento justo de las felicitaciones. Ceuta se puede sentir orgullosa de un club como el CN Caballa, de técnicos como Miguel Angel y Sergio, y de un puñado de jugadores que nos han hecho vibrar. Gracias Keru, Javier, Gerva, Jaime, Suso, Starmi, Migue, Mario, Jose, Juanlu, Paco e Ismael.