CRÓNICAS DEL CORONAVIRUS

Corre, corre, corre y ensancha el alma

Corre, corre, corre y ensancha el alma
corre-corre-apaisada
Una corredora este sábado por la mañana.

Españoles, el sedentarismo ha muerto. Después de aguantar 48 días recluidos en casa con la mentalidad del corredor de fondo, este sábado 2 de mayo muchos han aguardado la primicia del día con la mentalidad del velocista de 100 metros, esperando que el reloj diera el pistoletazo de salida para echarse a la calle enfundados en lycra y tejidos técnicos de llamativos colores para disfrutar el primer día del fin del confinamiento, el día menos 2 de la fase 0 por seguir con la complicada nomenclatura del invento de la desescalada.

Numerosos ceutíes han llenado las veredas del Monte Hacho o atestado la carretera nueva. En algunos tramos y a algunas horas era literalmente imposible mantener la distancia de seguridad para evitar darle cancha al COVID-19 y que hiciera su particular fiesta si andaba por ahí. No ya los 2 metros, sino los 10 metros que recomiendan en los rebufos para quienes hagan deporte.

La implicación y la concienciación han bajado notablemente. Si en los últimos días se notaba cierta relajación en el cumplimiento de las normas y en las últimas dos semanas habían subido de forma notable las propuestas de sanción, este sábado han sido mayoría los que han optado por salir a correr en compañía.

Un policía más comprensivo que la normativa se preguntaba mientras miraba el reloj al filo de las diez de la mañana: “Si viven juntos y los ves corriendo en pareja ¿qué les vas a decir?”. Eso sí, con lo que no van a relajarse es con el horario. “A las diez tienes que estar en tu casa”, apuntilló mientras miraba desesperado al horizonte por donde seguían apareciendo corredores y ciclistas.

Hoy estaban didácticos, pero se prevé que no sean tan comprensivos en los próximos días.

De todos modos y a simple vuelta por la calle, los deportistas han respetado de manera generalizada los horarios y en esa hora en la que deberían cruzarse los paseantes mayores con los vigorosos deportistas, al menos en las calles del centro apenas había aforo que hiciera pensar en que los riesgos colectivos son mayores. Mucho más problemático ha sido el propio espacio deportivo que las calles.

Otros han aprovechado el día veraniego para ganar la orilla de la playa y de paso darse un chapuzón, algo que en teoría no está permitido, todavía.

Fue un 2 de mayo de 1808 cuando la los españoles comenzaron a doblar el brazo al todopoderoso Napoléon. Otro imperio del mal ha comenzado también a caer un 2 de mayo, el del COVID-19. La práctica deportiva ha satisfecho las ansias de libertad de muchos este sábado y ha puesto fin a los días del mantenimiento en el salón de casa.

Además, cada vez parece más claro que la radiación ultravioleta, que cada día que pasa crece por la cercanía al verano es un eficaz desinfectante. Así las cosas, sólo queda tunear la canción de Robe y gritar ¡Corre, corre, corre y ensancha el alma!, que en el último mes y medio muchos lo que han ensanchado es su cuerpo.

Corre, corre, corre y ensancha el alma


Entrando en la página solicitada Saltar publicidad